LIGA
2ªDiv. 2023/24 JORNADA Nº1 (12.8.2023)
PARTIDO
OFICIAL Nº 3606
REAL ZARAGOZA 2-0 VILLARREAL B
1-0,
min. 56: Maikel Mesa.
2-0,
63: Francho
Ficha
Técnica
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair,
Nieto; Aguado (Grau, 80), Francho, Moya (Bermejo, 75), Maikel Mesa (G. Valera,
85); Azón (Mollejo, 75) y Bakis (Sergi Enrich, 85).
Villarreal B: Iker Álvarez; Altimira, Hugo Pérez
(Gelardo, 77), Abraham, Tasende; Del Moral, Carlo Adriano (Requena, 77); Rodri
Alonso (Víctor Moreno, 77), Ontiveros; Ferrari (Jorge Pascual, 65) y Forés
(Collado, 65).
Pronto actualizaremos con la pieza del
partido. Así te lo hemos contado en directo.
Árbitro: Quinteros González (Comité Andaluz). Amonestó
a Rodri Alonso (35), Gámez (49), Altimira (69), Mollejo (85), Ontiveros (91) e
Iker Álvarez (96).
Goles: 1-0, min. 56: Maikel Mesa.
2-0, 63: Francho.
Incidencias: Tarde-noche extremadamente calurosa, con
36 grados al inicio del choque, las 21.00, tras un día de fuerte sol (el
horario se cambió por La Liga, pues estaba programado en un principio para las
19.00). El césped de La Romareda presentó un buen aspecto. En las gradas hubo
alrededor de 18.000 espectadores.
Real
Zaragoza 2-0 Villarreal B
53.3
% Posesión 46.7 %
7 remates dentro 2
2 disparos bloqueados 3
7 remates fuera 6
11 disparos recibidos 16
2 tarjetas amarillas 4
0 tarjetas rojas 0
7 faltas recibidas 9
9 faltas cometidas 8
109 perdidas de posesion 115
50 recuperaciones de posesion 53
3 fueras de juego 1
xxxxxx
EL AÑO VIENE CON BIEN: VICTORIA CLARA DEL REAL
ZARAGOZA SOBRE EL VILLARREAL B
Dos goles al inicio del segundo tiempo, de Maikel Mesa
y Francho, dan forma al 2-0 final que pudo ser más amplio. El equipo aragonés
se mostró aún tierno en su juego y con amplio margen de mejora. Debutaron casi
todos los nuevos.
No cabe duda de que el año viene con bien. El triunfo por 2-0
del Real Zaragoza ante
el Villarreal B en la jornada 1 de la Segunda División 23-24 es un buen
aperitivo, una muestra que consolida la fe y la ilusión de la afición en este
proyecto de metarmorfosis masiva del plantel. Con un equipo aún tierno en su
modo de operar, incompleto y con enorme margen de mejora por delante, estos
tres puntos son gloria bendita. Empezar en agosto con buen tino es sinónimo en
estos lares de futuro floreciente. Y ya es un hecho.
Le costó romper a hervir al remozado Real Zaragoza de medio campo hacia
arriba (atrás, es idéntico al reciente, por ahora). Salvo la
primera jugada, en el minuto 1, cuando Maikel Mesa voleó en el segundo palo,
alto, un centro de Gámez, el equipo de Escribá pasó 20 minutos de cierta
torpeza en el inicio de las jugadas, con demasiados errores propios no forzados
por un rival blando,como buen filial. El técnico entremezcló el rombo del medio
campo con muchos momentos en los que Mesa se fue a la izquierda y Moya se
retrasó junto a Aguado para hacer el doble pivote en la parsimoniosa
(demasiado) salida del balón.
Tuvo que haber una banderilla negra del Villarreal B, en el minuto 18, para
que los aragoneses espabilaran y metieran dos velocidades más al
motor. Ferrari perdonó el 0-1, a bocajarro, tras un rechace inicial de
Cristian Álvarez a un disparo cruzado de Tasende en el área. En realidad, el
salvador fue, por su decisión y acierto, Nieto. El lateral se cruzó
providencialmente para taponar un tanto seguro. De semejante susto surgió un
arrebato blanquillo que duró 5 minutos, tramo de incesante ataque al área
castellonense por parte local.
En el 20, Azón se quedó mano a mano ante Iker Álvarez tras un buen pase de
Maikel Mesa, pero su definición fue mala, cruzando en exceso el
balón, que se perdió a un metro del palo izquierdo. En el 21, de inmediato,
Bakis repitió escena, en este caso tras un pase de 50 metros perfecto de
Francés desde atrás del todo. Controló el germano-turco y, a placer, estrelló
el potente chut contra el cuerpo de Iker Álvarez. No hace prisioneros Bakis,
siempre dispara a matar. Esta pelota era para colocarla con sutileza. Otro
estilo. Y en plena reacción zaragocista, en el 26, Moya recuperó un balón en la
línea de tres cuartos, agarró la pelota con la dirección a favor para golpear
desde más de 20 metros y demostró su poderío en el remate a larga distancia…
solo que poniendo el balón medio metro por fuera del poste izquierdo, a media
altura.
Aquí debió decantar el partido el Real
Zaragoza a su favor. Este tipo de acometidas son las que se
echan en falta desde hace largo tiempo y, por lo visto, ahora existen. Pero hay
que atinar. Se repitió el escenario del amistoso con el Stade Reims en el
Pinatar Arena. No hubo buen tino ante los palos. Y hubo que dar gracias a
que Cristian Álvarez, para no perder las buenas costumbres, salvó
de nuevo el primer tanto villarrealense en el minuto 27,
cuando Ontiveros se fue solo hacia el portal desde la línea de medios tras una
contra patrocinada por la mala colocación de todo el equipo zaragocista en una
pérdida en medio campo. El remate del ‘veterano’ del filial amarillo, con
quiebro previo a Gámez, lo sacó con la rodilla el argentino en un paradón del
catálogo de milagros. El primero de curso.
De ahí al descanso, pesaron las piernas a todos. Jugar
al fútbol con 36 grados y una bochornera insoportable es algo que va contra
toda lógica. Son las cosas de iniciar la liga antes de la Virgen de Agosto en
un lugar como España. De locos. Los visitantes no aguantaban el balón más de
tres pases. Flojita su propuesta de dominio del juego, que correspondió casi
siempre al Real Zaragoza. Pero Aguado estuvo muy previsible, lo mismo que Moya,
demasiado lento de ideas. Y por ahí el equipo se resintió. Es necesario
circular con más rapidez. De hecho, las dos mejores opciones de gol llegaron en
formato de contragolpe, con juego directo y pases largos a la espalda de los
centrales contrarios. Dato este a tener en cuenta. Con el balón en posesión, el
Zaragoza es hoy en día fácil de combatir.
Solo una ocasión más se generó en este tramo
grumoso: la firmó de nuevo Bakis, tras un error en la salida desde atrás del
Villarreal B en un saque de puerta. Robó Mesa, asistió al ariete
que, con todo a favor, tiró centrado e Iker Álvarez, de nuevo, rechazó con
acierto. Por ahora, los porteros de los rivales foranos que pisan La Romareda
son los mejores. Esa tendencia hay que cambiarla con urgencia. Parte de culpa
está en los rematadores zaragocistas, obviamente.
El segundo tiempo empezó a las 22.05 con ¡33 grados de temperatura! Y
La Liga había puesto este partido a las 19.00 el 12 de agosto… No hubo
sustitución alguna en el intermedio. El Villarreal B empezó mejor en la
reanudación. Más enchufado. Ontiveros forzó una falta al borde del área,
peligrosísima, nada más rodar el balón. Y Ferrari tuvo el gol en su pie derecho
en el 51 al culminar una contra rápida en la que ganó a Jair en velocidad y lo
regateó. El remate se le marchó dos palmos fuera. Menos mal. El Real Zaragoza
era en esa fase, de nuevo, un mar de imprecisiones. Aguado y Moya abusaron del
pase horizontal, sin rebasar líneas con la agilidad necesaria.
La luz la trajo Maikel Mesa en el 56, tras una
deslavazada jugada de ataque que Azón llevó a trompicones en el área, con un
rebote afortunado en un defensa rival que le cayó al canario. Y ahí, en la zona
de los goles, Mesa es letal. Raso, colocado, supero a Iker por primera vez y
destapó la lata de los tantos este año. El marcador se decantaba hacia el lado
bueno y La Romareda explotó. Ambientazo. Los nuevos empezaron a sentir lo que
es jugar con el viento de cola en este coliseo. El Villarreal B se quedó grogui
y el equipo de Escribá retomó el timón con el mismo porcentaje avasallador del
primer tiempo.
Y siete minutos después llegó el 2-0, un golazo de Francho por
la escuadra, en un voleón desde la frontal tras el rechace forzado de un
zaguero amarillo por la presión del inconmensurable Mesa. No estaba teniendo
buen pie el canterano en toda la noche… la jugada venía de un centro suyo malo,
pasadísimo de potencia. Pero el fútbol tiene estas paradójicas reparaciones de
las cosas. Un alegrón tremento de Francho, que merece por su buen verano un
inicio de curso tan brillante. Un gol siempre lo es. Y más, de semejante
factura. En un plisplás, el equipo de Escribá había solucionado el partido.
Esto se llama pegada y solvencia. Cuánto se ha echado en falta durante el
último vía crucis de tres años. De paso, crecieron en aportación los Aguado,
Moya, Francho, los laterales, porque con el marcador a favor se juega mucho
mejor, por confianza y porque el adversario es más vulnerable. Romper
antes el 0-0 será para este Zaragoza mano de santo cuando se produzca. Hoy
costó casi una hora. Demasiado.
Escribá dio minutos al final a Mollejo y Bermejo,
recuperados por diferente vía en la recta final de la pretemporada, en la que
no han participado. No abusó de las sustituciones para modificar el equipo en
momentos de dudas. Apostó por su once inicial y confió en que ahí estaba el
éxito. Otros días será distinto. En frente, Miguel Álvarez hizo los cinco
cambios en dos tacadas en busca del imposible. Se encararon los últimos 10
minutos con un aire relajado. Grau suplió a un aplaudido Aguado. Y poco más tarde
debutaron Sergi Enrich y Valera. Noche redonda de novedades y buenas
sensaciones.
En medio del galimatias propio de tanto parón, Valera
se estrenó en el 86 con una asistencia perfecta de gol a Bermejo. Pero
el ‘10’ demostró su falta de puesta a punto en el mano a mano sencillo o,
quizá, su mal de siempre: la falta de gol. Remató contra el cuerpo del portero,
que estaba vendido. Debió ser el 3-0 y el redondeo final al alza.
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