COPA DEL REY 2025/26 1ª RONDA (29.10.2025)
PARTIDO OFICIAL Nº 3710
0-1, min. 14: Roncal, en propia puerta
0-2, min. 25: Juan Sebastián
0-3, min. 78: K. Kodro
1-3, min. 88: Xabi Goñi, de penalti
Ficha Técnica
UD Mutilvera: Ojer; Roncal, Biesa, Morte, Lizarraga, Eloi Goñi (Galhardo, 80); Banzo (Arocena, 69), Terés (Goicoechea 86), Aranguren, Bujanda (Xabi Goñi, 69); y Tellechea (Iva, 80).
Real Zaragoza: Andrada; Juan Sebastián (Aguirregabiria, 46), Gomes, Kosa (Insua 71), Pomares (H. Barrachina, 46); Francho, Moya; Pinilla (P. Sans, 55), Bazdar (Bakis, 46), Moyano; y K. Kodro.
Árbitro: Palencia Caballero (Comité Vasco). Amonestó a Eloi Goñi (27), Roncal (45), Moyano (45), Bazdar (45+2), H. Barrachina (60) y Biesa (86).
Goles: 0-1, min. 14: Roncal, en propia puerta. 0-2, min. 25: Juan Sebastián. 0-3, min. 78: K. Kodro. 1-3, min. 88: Xabi Goñi, de penalti.
El Real Zaragoza saborea otra vez la victoria en el duelo menor de Copa ante la Mutilvera
El cuadro aragonés supera la primera ronda al derrotar a los navarros, de Segunda RFEF, por 1-3. Marcaron Juan Sebastián, Kodro y un defensor local en propia puerta.
El análisis de este partido hay que ponerlo enseguida al nivel correspondiente para que nadie se llame a engaño. Rival de Segunda RFEF, campo de Segunda RFEF, ambiente de Segunda RFEF. Ahí, un Real Zaragoza experimental, como era menester en este escenario mitad trampa, mitad incordio, decantó pronto en marcador a su favor tras pasar dos momentos de máximo peligro con el 0-0 inicial y vivió con cierta comodidad sin hacer nada del otro mundo. Conclusiones de cierta profundidad, las justas. O, mejor, ninguna. Fue una noche de cubrir el expediente, de salir pisando brasas sin más daños colaterales en un lugar hostil, como era previsible, donde lo mejor era ganar y marcharse pronto. Aquí, en este pueblo de las afueras de Pamplona, Mutilva, no está la miga de este Zaragoza agónico en la liga, con síntomas de lo peor hace muchos días.
En términos futbolísticos, muy pocas pinceladas cabe subrayar en un once inicial atípico, fuera de lo normal, que aún lo fue más cuando se supo que Saidu, que iba a ser titular en su puesto matriz, medio centro, se lesionó en el calentamiento sobre el césped sintético de Multinova. Francho, que iba a tener fiesta, acabó siendo el capitán en el once de inicio por sorpresa. Cualquier inconveniente que pueda surgirle al desgraciado Zaragoza del presente, emerge a la primera con contundencia. El mal fario de los gafados.
En el minuto 9, la Mutilvera había desperdiciado dos ocasiones clarísimas de gol. Primero, Bujanda (en el 8), disparó solo a placer tras un jugadón vertical de Aranguren en el área, pero Andrada sacó a córner con la yema de los dedos, rozando el poste derecho. Y en la salida de ese saque de esquina, el modesto club navarro le hizo a los de Sellés la misma acción del gol del Sporting en Gijón. Un aclarado en el punto de penalti para dejar solo a Tellechea, que voleó sin oposición y Andrada tuvo que salvar el tanto con buen tino. Increíble.
Cuando empezaban a pintar bastos, llegó el 0-1 de la nada. Porque el Real Zaragoza, con Kodro arriba, Bazdar de enganche, Pinilla y Moyano en las bandas, no había llegado nada de nada al área local y, sin embargo, en un centro al tuntún de Juan Sebastián, se encontró con un autogol de Roncal, en un rebote de un despeje inicial de Biesa. Se hicieron un lío los defensores de Mutilva y el balón acabó en la red en el minuto 14. Sonó el esquilo del ‘bote’ en la barra del bar, donde tocaba la maja charanga local que antes del descanso puso música a la tonadilla de “a Primera RFEF” que en el campo le cantaron al Real Zaragoza como deseo una vez se enturbió el juego por un rifirrafe de Moyano con Roncal. Las cosas de este tipo de bolos coperos. El fútbol de chascarrillos y piques de baja estofa y peor gusto, nada nuevo ni que no se esperase. La situación da para tragar bilis de estas a toneladas. Y lo que te rondaré...
Ese gol rebajó el gas de los locales, que se apagaron poco a poco. Mucho más al caer el 0-2 en el 25, enseguida, en una incursión de Juan Sebastián por la banda, apoyado por un activo Bazdar, que lo dejó solo ante el portero Ojer, al que superó por alto con un derechazo al primer palo. Buen tanto del lateral. Ahí se murió la emoción, si es que en algún momento la hubo en esta fría noche pamplonesa. De ahí al descanso, poca chicha. Un disparo de Tellechea tras dos recortes en carrera en el minuto 29, al que respondió Andrada en el centro del portal con una mano por encima del larguero y un tiro raso de Bazdar en el 31, tras una jugada individual, que obtuvo la respuesta abajo de Ojer para salvar el tercero.
No cabe buscar demasiadas cuestiones interesantes. Sería demasiado presuntuoso. El partido tuvo valor residual en infinidad de parámetros. En noches así, o se da la sorpresa desagradable (esta vez no tocó), o se cumple con la obligación sin más carga de percusión. Es difícil, salvo alguna aportación individual muy llamativa, que estos eventos queden para los anales de la historia señalados en letras doradas.
En el intermedio, Sellés hizo tres cambios. Quiso ver más cosas. Si ya había dado los primeros minutos del curso a Kosa y había hecho debutar al juvenil Gomes, además de poner de inicio al ya más baqueteado Pinilla, el nuevo entrenador movió el género menos habitual a mitad de libreto. Se estrenó Hugo Barrachina, como lateral zurdo en vez de Pomares. Metió a Aguirregabiria y dio descanso a Juan Sebastián. Y, no por esperado fue menos sorprendente, introdujo al descatalogado Bakis en vez de Bazdar. El germano-turco comparte escudería de representación con Sellés. Esta apuesta más de uno la ganó esta noche, tras hacerla el día de la llegada del nuevo técnico valenciano.
En el inicio del segundo tiempo, como también era de prever, la Mutilvera buscó su último asidero al partido en un par de ataques con casta y fuerzas renovadas en la pausa. Un centro de Banzo lo remató al poste derecho Tellechea adelantándose a los centrales zaragocistas en el 49 y rozó el 1-2. Ahí pudo cambiar la presión para el Real Zaragoza, pero esta vez, en este envoltorio menor de Mutilva, este tipo de detallitos (el autogol local sobre todo) cayeron de su lado. Algo es algo. El lateral Eloi Goñi tuvo otra opción clara en el minuto 63, en una contra regalada por un lento Kosa, fuera de forma, que solventó Andrada en dos veces. Del Zaragoza, en ataque no había noticias. Moyano disparó fuera en el 57 un balón muerto, y nada más durante los primeros 20 minutos de la reanudación.
Cuando los locales entregaron la cuchara paso a paso, el juego les cundió más al apagado Moya y a Francho, los medios centros. De ahí surgió un cabezazo de Kodro a centro de Sans (sustituto de un oscurecido Pinilla) y un disparo de Bakis cruzado que, en los minutos 66 y 67, rozaron el poste izquierdo de Ojer. Fogonazos aislados, inconexos de cualquier plan de juego. Fueron, no obstante, el aviso de que el 0-3 estaba en fábrica. Lo firmó Kenan Kodro, en el 78, en una penetración muy potable de Aguirregabiria, con un centro preciso que el ariete hispanobosnio remató con precisión, solo.
Bajo un diluvio tremendo, los locales marcaron el gol para la estadística, el 1-3 definitivo, en el 88, tras un penalti discutible pitado para la galería por el árbitro (otro clásico en días de estos) por una mano en un disparo lejano. Con esto se acabó el protocolo de una eliminatoria que al menos le sirve al Real Zaragoza para recordar cómo es eso de ganar en este negociado del fútbol. Aunque nada tenga que ver con su patología real, la de la Segunda División.
Ejercicio de eficacia
Roncal, en propia puerta, Juan Sebastián y Kenan Kodro, autores de los goles de un Real Zaragoza en el que destacó sobre todos el portero Andrada.
Sellés puso en liza un once nuevo, incluidos los futbolistas del filial Hugo Pinilla y Ale Gomes -éste cumplió sobradamente en su debut oficial con la camiseta del Zaragoza-, un once con Bazdar y Kenan Kodro en ataque y en el que entró al final Francho, después de que en el calentamiento Saidu no superara unas molestias en el tobillo.
El Real Zaragoza salió a jugar sin tensión, sin el brío que requiere un partido de estas características, y estuvo a punto de pagarlo muy caro frente a un rival que hizo del entusiasmo su divisa y que fue a cada disputa como si fuera la última. Y así antes de que se cumplieran los primeros diez minutos tuvo Bujanda una ocasión magnífica ante Andrada. Pero en el fútbol todo cambia en un instante. Y un centro al área sin ningún peligro de Bazdar lo acabó rematando con el hombro el lateral Roncal a su propia portería cuatro minutos después. Un verdadero golpe de fortuna para el Zaragoza, que enfrió los ánimos locales y permitió al equipo de Sellés bajarle las revoluciones al juego y hacerse con el control del encuentro, aunque sin mejorar su respuesta defensiva después de cada pérdida. Un asunto de máxima urgencia para el nuevo entrenador. Y producto de ese control a medias llegó enseguida el segundo gol, obra de Juan Sebastián, que resolvió su internada con un buen derechazo y le dedicó el tanto a Jorge Casado, el cadete fallecido este lunes con 15 años y que tiene al Zaragoza de luto. Mayor eficacia imposible: una oportunidad y dos goles.
Sellés, pensando ya en el Deportivo, metió un triple cambio tras el descanso y dio entrada a Aguirregabiria, Barrachina -otro que hizo su debut oficial- y Bakis -sí, leen bien- por Juan Sebastián, Pomares y Bazdar. Y muy pronto también entraría Pau Sans por un Hugo Pinilla que se dejó notar mientras le duró la gasolina. Prácticamente, el Zaragoza se pasó la segunda parte guardando la ropa, aunque tuvo otras dos ocasiones en las botas de Sebas Moyano y Bakis, a las que dio respuesta la Mutilvera por medio de Goñi, un avión por su banda y un peligro constante al que únicamente dio respuesta Andrada, el mejor de la noche en Multinova.
Kenan Kodro, a pase de Aguirregabiria, le puso firma al 0-3 a doce minutos del final, momento en que empezó a diluviar y, de paso, a encresparse los ánimos entre los jugadores, especialmente después de que Goñi acortara distancias de penalti y convirtiera el final del partido en un correcalles pasado por agua.


 



