domingo, 19 de octubre de 2025

LIGA 2ªDiv. 2025/26 JORNADA Nº10 (18.10.2025)

LIGA 2ªDiv. 2025/26 JORNADA Nº10 (18.10.2025)

PARTIDO OFICIAL Nº 3708

 REAL ZARAGOZA 0-5 CULTURAL LEONESA

0-1, min. 39: Justo, de penalti

0-2, min. 45+1: Chacón

0-3, min. 51: Justo

0-4, min. 70: Cortés

0-5, min. 86: Cortés

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Andrada; Juan Sebastián, Insua, Radovanovic, Pomares (Tasende, 46); Paul Akoukou, Francho, Guti (Saidu, 62), Bazdar; Moyano (Aguirregabiria, 46) y Dani Gómez (Moya, 46).

Cultural y Deportiva Leonesa: Badía; Calero, Rodri Suárez (Fornos, 83), Barzic, Hinojo; Selu Diallo (Cortés, 72), Bicho (Maestre, 83), Thiago Ojeda; Sobrino (Ribeiro, 62), Justo (Collado, 72) y Chacón.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Expulsó a Juan Sebastián (38) y a P. .Akouokou en el descanso, en vestuarios, por romper la pantalla del VAR, con roja directa. Amonestó a Pomares (12), Insua (32), Andrada (45+1), P. Akouokou (45+1), Radovanovic (45+2), Sobrino (48) y Rodri Suárez (70).

Goles: 0-1, min. 39: Justo, de penalti. 0-2, min. 45+1: Chacón. 0-3, min. 51: Justo. 0-4, min. 70: Cortés. 0-5, min. 86: Cortés.

 Real Zaragoza 0-5 Cultural Leonesa

42.3 % Posesión 57.7 %
2 remates dentro 13
3 disparos bloqueados 0
4 remates fuera 6
19 disparos recibidos 9
5 tarjetas amarillas 2
2 tarjetas rojas 0
10 faltas recibidas 9
10 faltas cometidas 10
116 perdidas de posesión 96
43 recuperaciones de posesión 51
1 fueras de juego 1
xxxxxx

Síntomas de desesperación en un Real Zaragoza goleado 0-5 por la Leonesa

El debut de Emilio Larraz en el banquillo no pudo reconducir al colista y descolgado equipo aragonés y, en un partido accidentado marcado por un penalti de VAR y por dos expulsiones antes del descanso, recibió un durísimo correctivo que lo deja cadáver en todos los sentidos.

El Real Zaragoza es una caricatura. Da síntomas de desesperación. Se mueve en unos indicios y en unos gestos propios de quien está al borde del colapso y la muerte. El partido ante la Cultural Leonesa, por accidentado que haya salido en esta tarde sabatina de octubre, reúne muchas condiciones para asegurar que el problema es de tal magnitud que la solución no se atisba ni en forma de milagro. Era el día del estreno de Emilio Larraz, el día 1 después del caos de Gabi. Y tampoco ha habido reparación. El desastre va más allá de la figura de un entrenador. 

Se esperaba el inicio del partido como una medicina sanadora en el cuerpo de un enfermo con patología severas. El debut de Emilio Larraz, convertido durante la semana tras la destitución de Gabi en un faro, en un emblema de cambio de tendencia y ánimos en todos los círculos concéntricos del zaragocismo, debía ser el bálsamo que calmara el dolor de equipo que es este año el Real Zaragoza. Y, de paso, que lo metiera en la vereda de los triunfos en casa. Con estas expectativas se inició este partido ante los leoneses, penúltimos y antecesores del Zaragoza en la tabla. El rival ‘ideal’ para empezar a salir del pozo. El segundo peor del torneo a esas alturas de la tarde sabatina.

Pero no salió nada según lo previsto. El 0-0 inicial se mantuvo en el marcador hasta el minuto 39, casi todo el primer periodo. Todo en un contexto de fútbol nuevamente de muy bajo rango, de mucho respeto, temor, inseguridad y escasa soltura en los elegidos por Larraz. Era un once semejante a varios de los de Gabi, con Radovanovic en el puesto de Tachi en defensa, con Juan Sebastián de vuelta al lateral derecho de la zaga (lo que llevó a Francho a su lugar en el medio campo) y con Bazdar por fin titular, como enganche tras los dos puntas, Moyano y Dani Gómez. Un 4-4-2 con base de rombo, bastante dúctil, pero que no tuvo desarrollo porque el equipo no supo manejar nunca la pelota. El peor mal que le acecha, de los muchos que lo tienen K.O. hace semanas.

Y en la recta final de esa fatídica primera parte, afrontada con poca personalidad y rematada con un aluvión de disgustos y errores serios, llegaron los dos goles de la Cultural que dejaron aturdido y hundido a este Zaragoza sin sangre en las venas, pálido y sin pulso. El primero, en el minuto 39 en un penalti que transformó el ariete Justo tras tres minutos de VAR, con Milla Alvendiz en el videoarbitraje rectificando la decisión inicial de Arcediano Monescillo de no pitar la pena máxima en un agarrón de Juan Sebastián al propio Justo cuando iba a fusilar a Andrada mano a mano. No solo se acabó pitando el tiro de 11 metros, sino que la acción llevaba acarreada la tarjeta roja a Sebastián. Durísima sanción, pero seguramente ajustada a lo sucedido.

Aún no se había recompuesto el equipo, con tres minutos de aumento en el reloj del árbitro, cuando Chacón marcó el 0-2 en un golpe franco directo de libro, magnífico, por la escuadra, al que llegó tarde Andrada en su estirada inútil. Por delante de estos dos tiros de gracia de la Cultural el Real Zaragoza había hecho poco. Muy poco. Casi nada. Y eso era lo más lacerante de la tarde. Un centro-chut de Bazdar en el área, en el minuto 18, que detuvo el ex Badía, fue lo único parecido a un disparo a puerta. Escasez superlativa. Más de lo mismo. Incluso menos que otros días.

 Akouokou estuvo cegado por un marcaje casi al hombre del aragonés Selu Diallo, puesto más arriba que de costumbre por Ziganda, el técnico visitante, para esa labor específica. Guti y Francho, como volantes, volvieron a su ineficacia creativa ya vista en las primeras jornadas de agosto. Bazdar, nervioso, pecó de imprecisión. Los laterales, básicos en este dibujo, no existieron hacia arriba, ni el expulsado Juan Sebastián ni Pomares. Todo esto mezclado y agitado, dio lo que dio: nada potable que llevarse a la vista. El colofón de los dos goles a balón parado de la Leonesa fue un brutal castigo, cierto es, pero es algo propio de los equipos que están, como el Zaragoza, malheridos, moribundos, por pronto que sea en la competición. La sintomatología está escrita en el vademécum del fútbol desde hace un siglo.

Y no quedó ahí la cuestión. Cuando se observó que el descanso duraba mucho más de la cuenta, los expertos que han jugado al fútbol se olieron que había lío en vestuarios. Y así fue. Cuando los equipos salieron a reanudar el duelo, el Real Zaragoza solo tenía 9 hombres. P. Akouokou había sido expulsado asimismo, ya en vestuarios, con roja directa igualmente, en su caso por golpear de un puñetazo la pantalla del VAR y romperla. Flaco favor le hizo a su equipo. Poca cabeza, se llama eso. Ninguna.

Triple cambio

Larraz aplicó el catón y llevó a cabo un triple cambio en busca de la heroica. Aguirregabiria (debutante como el técnico), Tasende y Moya suplieron a Moyano, Pomares y Dani Gómez. Nueve contra once, cualquier aspiración de apretar a la Leonesa era una utopía. No está este Zaragoza para retos semejantes, postrado en el lecho de la muerte y con las constantes vitales al mínimo. Lo más sencillo era lo que ocurrió: seguir encajando algún gol más, y no tardando.

En el minuto 51, Justo hizo doblete al rematar a bocajarro un centro de Thiago Ojeda en una jugada ligada de los leoneses. Fácil y sencillo. Esto no era partido ni era nada. El 0-3 marcaba ya un suplicio para los aragoneses, con mucho más de media hora por delante. En esta anomalía de guión, la Cultural indultó varias veces al Zaragoza de una goleada histórica. Chacón tuvo dos goles seguidos en sus pies. Uno, en el 63, fue un remate en el área, solo, raso y cruzado, que fue al sitio de Andrada, que detuvo en dos veces. Y un minuto después, a quemarropa, tras un centro de Calero a placer, echó la pelota fuera por poco, en un error flagrante. En esas, Arcediano estuvo misericorde y, quizá por los caldeados ánimos que había mostrado la afición zaragocista al enterarse de lo de Akoukou en la caseta tras el intermedio, perdonó la roja a Insua tras una entrada abajo a Diallo que era amarilla como una catedral… y llevaba una de antes. Miró a otro lado y no dejó a los aragoneses con 8 por condescendencia.

En un duelo desequilibrado en dimensiones superlativas, por más que la Leonesa jugara con delicadeza para no herir sensibilidades, las ocasiones en el área zaragozana siguieron llegando por goteo. Y en el 73 Cortés, recién salido del banquillo en los cambios, marcó el 0-4 a centro de Calero, voleando de primeras por alto en el área, ante la estatua de un abatido Andrada. El portero argentino salvó el quinto tanto en el minuto 83 en un disparo durísimo de Hinojo tras un baile doloroso de cien pases de los visitantes en las inmediaciones del área zaragocista. Pero no lo pudo evitar en el 86 cuando, de nuevo Cortés, remató con suavidad un pase perfecto de Chacón. Pudo llegar el sexto, pero Collado lo falló a puerta vacía en el 88, dando tiempo a llegar a Insua a sacar su fallido remate bajo palos.

El calvario acabó sin aumento de Arcediano. El 0-5 dolió inconteniblemente a un zaragocismo hundido en esta miseria. La mitad -o más- del público se había ido media hora antes, tras el 0-3. Los que quedaron gritaron al palco, pidiendo dimisión a quien no puede o quiere hacerlo. Protestas de rigor, forzadas, sin las ganas de antaño. La gente se ha doblado ante este presente. Los genuinos no están en el campo, no van. Otros están abandonando sobre la marcha. El zaragocismo está en proceso de desarbolamiento. Abandonado a su suerte (mala suerte). Incomprendido. Sin ganas de ser tomado más por un monigote.

El Zaragoza es un muerto viviente

La Cultural clava otros cinco clavos en el ataúd de un equipo aragonés triste, reservón y sin actitud, que jugó toda la segunda parte con nueve por las expulsiones de Juan Sebastián y Akouokou.

Tampoco con Emilio Larraz. El Real Zaragoza continúa en caída libre y en trance de lo peor. En otro partido esperpéntico y catastrófico, el equipo aragonés, que jugó toda la segunda parte con nueve jugadores por las expulsiones de Juan Sebastián y Akouokou, cosechó una nueva goleada y su tercera derrota en casa y se ancla en el fondo de la clasificación, sin el menor síntoma de mejora, pese al cambio de entrenador. Sin aparente remedio ni solución. La Cultural, que se presentó en el Ibercaja Estadio como penúltimo, retrató de arriba abajo a un Zaragoza que se muere partido a partido y se lleva a León una victoria reconfortante que puede sacarle del descenso.

Larraz agitó la alineación en su estreno e introdujo cinco novedades respecto del último once de Gabi, con una reforma casi completa de la línea defensiva (Juan Sebastián, Radovanovic y Pomares), la vuelta de Akouokou, una vez cumplido su partido de sanción, y la recuperación para la causa de Bazdar como pareja de ataque de Dani Gómez. Todo dentro de un 4-4-2, sin Saidu, el jugador con más energía de la plantilla, y con Francho en su posición natural de volante por la derecha. Por su parte, Ziganda presentó dos cambios en la Cultural: Calero, que empezó el campeonato con el Zaragoza, y Diallo reemplazaron a Víctor García y Collado.

El plan inicial del Zaragoza y el de la Cultural era no equivocarse, no cometer un error fatal que inclinara un duelo que se presumía de pico y pala, pero en ese forcejeo se sintió bastante más cómodo el equipo de Ziganda, que se hizo rápidamente con la pelota y el control del juego e impuso el fútbol de sus tres medias puntas (Sobrino, Diallo y Luis Chacón), lo que desconcertó a la medular aragonesa, especialmente a un superado Akouokou, y también a un descolocado Insua.

Lo cierto es que la primera parte del Zaragoza fue pobrísima, sin un ápice de intención o de valentía, de lo peor en muchísimos años. La fiel estampa de un equipo triste, reservón y desarmado en todos los órdenes, de un equipo incapaz y sin actitud, de un equipo alcanzado de lleno por la fatalidad. Y así se llegó al penalti -y a la expulsión- de Juan Sebastián sobre Manu Justo, un penalti de benjamín por un absurdo agarrón que no vio el árbitro hasta la llamada del VAR y que puso al Zaragoza en desventaja e inferioridad a cinco minutos del descanso, abriendo el peor de los escenarios posibles, agigantado todavía más por un libre directo de Luis Chacón en tiempo ya de prolongación que se ‘tragó’ Andrada. 0-2 e incendio en el Ibercaja Estadio, que, arrastrado por la impotencia, cargó contra todo.

Para colmo de irresponsabilidad, Akouokou, al que se viene colgando el cartel de futbolista diferencial en la categoría y no sale de una absoluta mediocridad, fue expulsado con roja directa en el descanso por romper de una palmada el monitor el VAR.

Con sólo nueve hombres y cuatro de ellos con tarjeta amarilla, Larraz, con todo ya perdido, relevó en el intermedio a Sebas Moyano, Dani Gómez y Pomares por Tasende, el debutante Aguirregabiria y Toni Moya en un intento por no acabar cosido a goles, pero la Cultural puso tres nuevos clavos en el ataúd del Zaragoza con otros tres goles que acabaron de encender al público contra el palco y que provocaron la marcha anticipada de miles de seguidores

 

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