LIGA 2ªDiv. 2024/25 JORNADA Nº5 (15.9.2024)

 

LIGA 2ªDiv. 2024/25 JORNADA Nº5 (15.9.2024)

PARTIDO OFICIAL Nº 3659

 BURGOS CF 1-0 REAL ZARAGOZA 

1-0, min. 93: Sancris

Ficha técnica

Burgos CF: Cantero; Arroyo, Aitor Córdoba, David López, Florian Miguel (Ian Forns, 75); Atienza, Morante (Appin, 62); Sancris, Curro (Ojeda, 89), Íñigo Córdoba (Borja Sánchez, 89); y Espiau (Fer Niño, 62).

Real Zaragoza: Poussin; Calero, Lluís López, Vital, Tasende; Moya (Francho, 62), Aguado (Kosa, 79); Adu Ares (Bermejo 52), Soberón (Bazdar, 79), Liso; y Marí (Azón, 62).

Árbitro: Guzmán Mansilla (Comité Andaluz). Amonestó a Moya (46), Fer Niño (83), Kosa (84), Ian Forns (85), Atienza (87) y Bazdar (90).

Goles: 1-0, min. 93: Sancris.

Incidencias: Tarde agradable en Burgos, con 20 grados al inicio del partido, que fueron 14 al final. El césped de El Plantío presentó un buen estado visual. En las gradas hubo alrededor de 10.500 espectadores, de ellos casi 500 seguidores blanquillos en un aforo de 12.150 butacas.

Burgos CF 1-0  Real Zaragoza

48.2 % Posesión 51.8 %
6 remates dentro 4
2 disparos bloqueados 3
7 remates fuera 5
12 disparos recibidos 15
3 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 0
12 faltas recibidas 10
10 faltas cometidas 12
125 perdidas de posesión 149
45 recuperaciones de posesión 39
4 fueras de juego 1
xxxxxx

Al Real Zaragoza se le acaba el duende y pierde en Burgos en el minuto 93

Un gol de Sancris en el último segundo tumbó a los aragoneses, que fallaron media docena de goles claros e hicieron héroe al portero local Cantero. Antes, Poussin paró dos veces un penalti repetido a Curro.

Hasta aquí llegó la magia y el duende del Real Zaragoza. En la jornada 5, tras un partido que pudo ganar por ocasiones claras de gol erradas una tras otra, los de Víctor Fernández cayeron 1-0 en el minuto 93, cuando el tiempo ya se agotaba. Cuando se perdona al rival, mucho más si se hace reiterativamente, es posible que este termine por superar al buen samaritano. Y esto sucedió con los zaragocistas en El Plantío, donde esta vez tocó cruz en la moneda de la fortuna.

El primer tiempo, de fútbol irregular en ambos bandos, tuvo más ratos de dominio zaragocista que burgalés. Con un buen ramillete de llegadas al área local de los tomates (de rojo vistió el cuadro aragonés) pero que nadie atinó a culminar convenientemente. Y lo más reseñable tuvo lugar al final, como explosión incontrolada después de casi 45 minutos de falta de pericia en los 22 protagonistas que apuntaba al 0-0 por tales deficiencias. Poussin paró por dos veces un penalti a Curro, una pena máxima más que discutible de Lluís López a Espiau en el 43 que mantuvo la atención de todo el estadio hasta el 48. Este hecho, inusual en el fútbol, marcó a fuego el guion del duelo.

Antes, el Burgos salió mejor del vestuario. Al Zaragoza se le volvió a atragantar el inicio de un partido. Íñigo Córdoba y Sancris (este, una pesadilla para Tasende) anduvieron cerca del gol en los minutos 14 y 15. El primero tiró raso y forzó la primera intervención de Poussin y el segundo remató erradamente un buen centro de Florian Miguel. Hasta el minuto 17 no salió de atrás el despistado equipo de Víctor Fernández. Soberón lanzó una falta directa cometida sobre Liso y Cantero, el mejor de los castellanos, evitó el gol en el centro del portal con las dos manos, como pudo. A partir de ahí nació una fase de control total de los aragoneses.

En el 22, Moya, tras combinar con Calero por la derecha, lanzó un centro-chut que se envenenó en un zaguero y el balón casi sobrepasó a Cantero, quedándose en la parte superior de la red junto al larguero. En el 24, Marí hizo un control orientado en el área y voleó a placer, pero mal, fuera. En el 26, Liso, rápido pero torpe en las decisiones últimas, se sacó de la zurda uno de sus disparos súbitos y de nuevo el portero Cantero (con gorra, como los viejos héroes contra el sol) reaccionó con un rechace poco ortodoxo pero útil para desviar la pelota sobre la raya. Se olisqueaba el gol zaragocista pero nadie tuvo puntería esta vez.

El Burgos reaccionó con el veneno de Sancris, que casi anotó tras un córner ensayado en el 31, con una rosca dura que rozó el palo lejano. Replicó Soberón un minuto después tras irse en el área chica de su marcador, David López. Pero ni disparó a puerta ni estuvo fino en el pase atrás, que nadie recogió. El pichichi cántabro repitió ocasión en el 39 tras un robo de balón, pero Cantero le rompió las opciones con otra buena parada. Lo mismo que a Marí en el 41, tras contra llevada por el nuevo titular, Adu Ares, al que le faltó ritmo y celeridad. Y ya, tras este repertorio de goles echados al limbo de los zaragocistas, llegó lo del penalti.

Lluís López hizo el amago de dejar la espuela a un regate de Espiau y Guzmán Mansilla, casero, casero, vio penalti. Lo pitó y no admitió rectificaciones del VAR. Curro lanzó tres minutos después y rechazó Poussin a su derecha… sin pisar la raya con un pie como manda el reglamento. Los árbitros mandaron repetir. Y Poussin atinó de nuevo, a su izquierda esta vez, dejando a Curro en evidencia y provocando una reacción de euforia zaragocista sobre el césped propia de la heroicidad. Ahí acabó tan extraña primera mitad.

El segundo periodo empezó sin cambios. Moya había suplido bien al ausente Keidi Bare. Adu Ares trató de ganarse el puesto, pero se le vio lejos de las expectativas. Marí peleó arriba pero no hizo olvidar las prestaciones de Bazdar, suplente tras volver de Serbia poco antes. Enseguida, Víctor decidió suplir a Ares por Bermejo (minuto 52), tras un par de acciones del bilbaíno de nuevo plenas de parsimonia y falta de rasmia. Asunto a reparar con urgencia.

El primer disparo con olor a gol de la reanudación lo puso Moya en el 54, desde fuera del área, con la enésima respuesta de Cantero, a una mano, de forma extraña pero solvente para su equipo. En frente, Espiau tuvo el 1-0 en el 56 tras un error grosero del recién entrado Bermejo, con una pérdida en la medular gravísima, que de no ser por Poussin hubiese costado cara. No se puede actuar sin intensidad y menos nada más salir del banquillo. El choque entró en un ida y vuelta constante. Y Moya lanzó al larguero un derechazo en el minuto 58 que sirvió para sentir que el 0-0 podía empezar a considerarse injusto para los zaragocistas, por encima del accidente del penalti solventado con fortuna y acierto.

Marí, agotado, pidió el cambio al cuarto de hora. Y Víctor optó por retirar también a Moya a la vez. No parecía la sustitución más necesaria. Azón y Francho entraron en su rol último, el de revulsivos. El técnico local, Bolo, movió el género también, metiendo a Fer Niño y Appin en busca del área zaragocista. Y en el 66, ambos liaron a la zaga zaragocista en una contra, centró Sancris y Niño cabeceó alto con todo a favor. El partido era una auténtica ruleta rusa para los dos rivales. Bonito de ver, emocionante, pero lleno de yerros ante las porterías. Los guardametas eran los mejores…

Le sentaron mejor los dos cambios al Burgos que al Zaragoza en un primer momento. Appin rozó de nuevo el gol en el 68, solo en el área, pero su disparo no cogió portería. Azón y Francho sí que fueron sintonizando su fútbol poco a poco, pero Bermejo no dio una a derechas, sobre todo en un contragolpe en superioridad que echó a perder en el 74 increíblemente. Víctor hizo debutar a Kosa a falta de 11 minutos, lo que llevó a adelantar a Vital casi como medio centro, en marcaje al hombre sobre Curro.

En el alboroto final, Azón falló un gol bajo palos tras un centro raso de Bermejo en el 81. Le dio al aire. Levantó la bandera el linier, pero el VAR quizá le hubiera rectificado al asistente. Esos goles son imperdonables. Como también lo fue el que erró Bazdar en el 88 tras el rechace de una falta lanzada por Calero al área. Tiró fuera, a placer, cuando todos cantaban ya el 0-1. Y tras la esquina del tiempo de aumento, a falta de segundos para el final, esperaba la de la guadaña para los de Víctor. Sancris, el mejor jugador local, marcó un gol con sangre fría y derrumbó la condición de invicto de un fallón Zaragoza esta vez. Toca bajar al suelo y modificar los grados de euforia. Esta vez los cambios fueron para no mejorar y sí bajar prestaciones. Y algunos jugadores dejaron muestras de no estar al nivel esperado. Así es la Segunda División. Catedráticos son todos los zaragocistas en esta materia.