sábado, 21 de septiembre de 2024

LIGA 2ªDiv. 2024/25 JORNADA Nº6 (21.9.2024)

 

LIGA 2ªDiv. 2024/25 JORNADA Nº6 (21.9.2024)

PARTIDO OFICIAL Nº 3660

 REAL ZARAGOZA 2-1 LEVANTE

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Poussin; Calero, Lluís López, Vital, Tasende (Clemente, 46); Francho, Moya; Adu Ares (Aketxe, 68), Soberón (Bazdar, 68), Liso (Nieto, 93); y Marí (Azón, 75).

Levante UD: Andrés Fernández; Andrés García, Elgezabal, Dela (Óscar Clemente, 89), Pampín; Oriol Rey (Iborra, 70), Kochorashvili (Lozano, 78), Pablo Martínez; Carlos Álvarez, Brugué (Espí, 78); y Morales (Romero, 70).

Árbitro: Sánchez López (Comité Murciano). Amonestó a Dela (21), Moya (66) y Elgezabal (87).

Goles: 1-0, min. 15: Soberón, de penalti. 1-1, min. 40: Morales. 2-1, min 84: Bazdar.

Incidencias: Noche muy desapacible, con una fuerte lluvia desde primera hora de la mañana, que tuvo episodios torrenciales, uno apenas 60 minutos antes del inicio del duelo (las 21.00). El césped, por ello, estuvo muy mojado, además de irregular. En las gradas hubo alrededor de 20.000 espectadores.

 Real Zaragoza 2-1 Levante

51.1 % Posesión 48.9 %
5 remates dentro 4
4 disparos bloqueados 4
9 remates fuera 5
13 disparos recibidos 17
1 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
9 faltas recibidas 15
15 faltas cometidas 9
121 perdidas de posesión 139
43 recuperaciones de posesión 50
0 fueras de juego 1
xxxxxx

El Real Zaragoza duerme líder tras ganar a un Levante de muchos quilates

Soberón de penalti adelantó pronto a los de Víctor Fernández. Morales empató antes del descanso. Y Bazdar debutó en La Romareda con un golazo en el minuto 84 que llevó el delirio a las gradas.

Descomunal victoria del Real Zaragoza, obrada a base de sufrimiento, trabajo duro, pulso firme y acierto en la recta final del partido gracias a una genialidad de Bazdar. El Levante, en el peso de la balanza global del partido, tuvo más fútbol y más ocasiones claras en juego rodado. Pero el Zaragoza aprovechó sus momentos, lanzó también tres veces a los palos y, al final, rentabilizó mejor sus virtudes.

El choque empezó bien para los zaragocistas, que al cuarto de hora ya estaban ganando 1-0 gracias a un penalti cristalino cometido por Pampín sobre Francho en el área chica tras un centro de Liso. Soberón adelantó a los blanquillos con su quinto tanto de la temporada. Hasta ahí, todo pareció ir por el mejor de los caminos, sobre todo porque en la acción anterior, el mismo jugador levantinista, el lateral zurdo Pampín, había rematado en el minuto 11 al poste a bocajarro y el rechace, que le cayó a placer a Carlos Álvarez, supuso una parada extraordinaria del ahora bendecido Poussin bajo palos para evitar el 0-1. En un abrir y cerrar de ojos, el guion del juego tomó un camino opuesto al que podía haber embocado. La noche lluviosa pintaba bien.

Pero adelantarse en el tanteador, en vez de generarle confianza y poso a los de Víctor Fernández, lo que les trajo fue desasosiego. Primero, porque el Levante reaccionó forzado por las circunstancias y demostró ser mucho equipo. Un señor bloque el de Calero padre. Y segundo porque los zaragozanos, en general, tuvieron una velada torpe, sin chispa. La media hora que llevó desde el 1-0 hasta el descanso fue, salvo un par de fogonazos aislados de los locales, un monólogo atacante de los granotas valencianos. El empate llegó cerca del intermedio, pero mucho antes los levantinistas ya debieron haberlo logrado por insistencia, calidad y superioridad. Así de claro.

Brugué no llegó por centímetros a rematar en el segundo palo un centro de Andrés García en el 16, nada más sacarse de centro tras el gol de Soberón. Mención especial merece el lateral diestro del Levante, Andrés García, el mejor de su equipo. Un extremo realmente. Superó a Liso, que en defensa no se ve, y se comió a Tasende en sus infinitas subidas al ataque. En el 21 fue el eurocopista georgiano Kochorashvili el que remató a tres metros de gol, alto, tras un córner ensayado.

Antes de que siguiera el aluvión de fútbol ofensivo del Levante, el Real Zaragoza se quedó a una cuarta del 2-0, quizá un momento clave. Fue en el minuto 28, cuando Liso, en otra iniciativa particular y puntual, sacó uno de sus zurdazos desde 25 metros y el balón dio en el poste izquierdo tras tocarlo Andrés Fernández. Una pena. Porque lo que venía era más sufrimiento en el portal de Poussin. En el 32, Pampín (dos excelentes laterales tienen los azulgranas), solo en el área otra vez, remató fuera por muy poco cuando el gol parecía hecho en otro ataque coral de los visitantes. Era imposible que el Zaragoza sujetase la ventaja tan aculado, tan rebasado por los rivales en las inmediaciones del área propia.

Y el 1-1 llegó a pies del veterano Morales, que fusiló a quemarropa el marco zaragocista en el minuto 40 tras otro centro de Andrés García. Poussin pareció salvar el tanto con otro paradón, pero la pelota, según dijo luego el VAR, había rebasado totalmente la línea cuando lo hizo. No se vio bien en las repeticiones de televisión. En el VAR se mostraron muy seguros de ello. El mazazo estaba servido antes del descanso. Y aún pudo ser peor porque Brugué se quedó mano a mano tras un pase del fino Carlos Álvarez en el 45 y Poussin sacó abajo con el pie el posible 1-2. El intermedio le vino al Real Zaragoza como bálsamo sanador. Bajo el aguacero, todo el mundo se fue a reflexionar. Nada funcionaba suficientemente. Ni individual ni colectivamente. Ares, Marí, Moya, Tasende… eran luces apagadas todo el rato. El resto, muy tenues.

Víctor, antes de la reanudación, dejó en la ducha a Tasende precisamente e hizo debutar a Clemente tras su retorno estival. Parar al ‘2’ del Levante, Andrés García, era mandato supremo. Pareció este jugador una mezcla de Cafú con Manfred Kaltz y Berti Vogts, tres doses míticos de la historia. Por su buena noche y por la pésima de los zaragocistas que se cruzaron con él. De entrada, salió más entonado el Real Zaragoza en la segunda mitad. Mandando, como al principio del choque. El difuminado Marí cabeceó fuera, alto, un córner en el 51 para abrir boca. Balón parado y poco más daba de sí el equipo blanquillo. A la salida de una falta lateral, Adu Ares en el 56 remató alto en el área tras quebrar a su marcador. Más estrategia.

Mientras el Levante contemporizaba de modo un tanto sorprendente, sin sacar provecho a la impresión de mando del primer tiempo, el Zaragoza, con más corazón que brillantez, trataba de presionar arriba. Calero, en una incorporación decidida, lanzó desde 25 metros y la pelota tocó la escuadra izquierda por arriba y salió fuera. Este tipo de detalles, si el día viene con el viento de cara, ganan partidos. Era el segundo palo de la noche. Y Víctor movió el banquillo a falta de 22 minutos. Debutó Aketxe como local y entró Bazdar. Se fueron el atribulado Adu Ares y Soberón, inconexo con el balón todo el rato. En frente, el Levante hizo lo propio, incorporando al capitán Iborra y a Romero en punta. Eran los coletazos tácticos de los entrenadores en busca de las musas. Aún incluiría Víctor en el lote poco después a Azón en vez de un invisible Marí.

Entremedias del batiburrillo de cambios, Brugué rozó el 1-2 y el triunfo levantinista en el 74, pero no llegó a rematar en carrera un centro templado por Kochorashvili. El susto fue de órdago. En el último cuarto de hora, los azulgranas salieron de la cueva de nuevo. La victoria zaragocista pasaba por un golpe de fortuna, por un arrebato de alguien al final. Si no, el empate se iba a dar por bueno. Por buenísimo. Y ese brote verde súbito, ese lingote de oro llovido desde el cielo, era serbio y se apellidaba Bazdar. El ariete balcánico se estrenó en La Romareda con un golazo de bandera. Uno de esos que jamás se olvidan.

Era el minuto 84 y, tras una contra rápida que él mismo montó en campo propio con un pase medido de 50 metros a Azón, la pelota le volvió al ex del Partizan que amagó como un recortador de vaquillas a su central y colocó sutilmente el balón con la zurda pegado al palo lejano. Una maravilla. El 2-1 en el momento en el que nadie lo esperaba según los indicios. El Levante quedó K.O. y la fiesta se pudo completar si Aketxe, en su primer golpe franco como zaragocista, no hubiese acabado con el balón en el poste en el minuto 88 desde 30 metros. Una lástima porque ese 3-1 hubiese puesto patas arriba La Romareda más de lo que ya acabó con el golazo de Bazdar. Un gol ganador. Un gol para dormir líderes. Otra vez.

El pitido final fue un viaje al pasado. A los buenos tiempos. Abrazos, gritos, ilusión a raudales. Dentro del césped, en el banquillo y, sobre todo, en las gradas. Este tipo de victorias, en duelos donde el rival es mejor durante muchos minutos, tienen un mérito y un valor descomunal. Son triunfos de campeones. A disfrutarlo.

 Bazdar vale un liderato

Un gol de bandera del serbio a cinco minutos del final le dio al Real Zaragoza una meritísima victoria frente al Levante que le devuelve a lo más alto de la clasificación.

Un gol de bandera de Samed Bazdar a cinco minutos del final le dio al Real Zaragoza una meritísima victoria frente al Levante, que llegó a La Romareda como líder invicto y perdió ambas condiciones en un partido grande, jugado de poder a poder entre dos aspirantes a todo. Soberón, fiel a su cita con el gol, adelantó al equipo de Víctor Fernández al transformar un penalti, igualó Morales, VAR mediante, al filo del descanso y Bazdar, una de las grandes apuestas del club aragonés, le puso firma definitiva a un gran triunfo.

El Zaragoza salió como un cohete, dispuesto a intimidar a su rival con su ya clásica presión alta y sus rápidas recuperaciones, con los laterales Calero y Tasende muy adelantados y con un ritmo de juego vertiginoso, pero después de diez minutos de percutir por todo el frente del ataque fue el Levante el que, en su primera respuesta, dispuso de la primera gran ocasión del partido, que fue doble: un disparo al poste de Brugué y un posterior remate dentro del área de Carlos Álvarez al que respondió Poussin con una intervención antológica que premió La Romareda con una gran ovación. Lo cierto es que Poussin no deja de redimirse de sus viejos pecados y de dar la razón a Víctor Fernández cuando el técnico lo rescató este verano de la rampa de salida y le otorgó toda su confianza.

Pero lo que es el fútbol, de la parada felina de Poussin se pasó en un minuto a un claro penalti de Pampín sobre Francho, que permitió a Soberón abrir el marcador y seguir aumentando su cuenta realizadora.

El gol obligó al Levante a dar un paso adelante y durante un largo pasaje de la primera parte, especialmente estirado por Andrés García, exhibió algunas de sus mejores virtudes frente a un Zaragoza que quiso administrar su ventaja y acabó perdiendo el control del centro del campo, aunque pudo sentenciar el duelo con un zurdazo de Liso desde fuera del área que obligó a emplearse a fondo a Andrés Fernández.

El Levante no dejó de insistir en busca del empate y obtuvo premio a cinco minutos del descanso con un remate del ‘Comandante’ Morales que pareció salvar Poussin, pero que, tras rápida revisión del VAR, lo hizo detrás de su línea de gol. Antes del intermedio, en plena ofensiva granota, aún tuvo Carlos Álvarez otra notable oportunidad, pero Poussin, otra vez él, salvó providencial el 1-2.

Víctor movió el banquillo en el descanso y dio entrada a Clemente en el lateral zurdo por un Tasende que había sufrido en exceso frente a Andrés García en la primera mitad. El Zaragoza taponó esa vía de agua y cogió otra vez las riendas de un partido ahora rebajado de revoluciones. Primero amenazó Ares y después Calero, con un derechazo desde fuera del área que rozó la parte superior del larguero, antes de que entraran Aketxe, un mes después de su lesión, y Bazdar para intentar agitar el ataque aragonés en el tramo final. Y con Aketxe y Bazdar, el Zaragoza se elevó definitivamente sobre el Levante. Se cargo de méritos y no dejó de insistir hasta que apareció Bazdar a cinco minutos del final para decantar el partido con un golazo, tras recortar con la derecha y definir con la izquierda con efecto desde la frontal del área. El 2-1 le hizo justicia a la espléndida dirección de partido de Víctor Fernández y la persistencia del equipo aragonés, que todavía acabaría estrellando un cañonazo de Aketxe en un poste a cinco minutos del final.

 

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