LIGA 2ªDiv. 2024/25 JORNADA Nº15 (17.11.2024)
PARTIDO OFICIAL Nº 3670
REAL ZARAGOZA 0-0 MALAGA
Ficha técnica
Real Zaragoza: Poussin;
Calero (Bermejo, 95), Lluis López, Vital, Tasende; Marc Aguado (Toni Moya,
46’), Francho Serrano; Pau Sans (Luna, 68’), Aketxe, Adu Ares (Liso, 46’), Iván
Azón.
Málaga: Alfonso Herrero;
Gabilondo, Nelson Monte, Galilea (Pastor, 83’), Víctor (Dani Sánchez, 46’);
Manu Molina, Luismi; Lobete (Rahmani, 71’), Larrubia (Puga, 80’), Kevin Medina;
y Baturina (Castel, 46’)
Árbitro: Lax Franco
(Murciano). Mostró amarillas Larrubia (14’), Adu Ares (18’), Víctor (45’), Dani
Sánchez (58’), Francho Serrano (62’), Marcos Luna (73’), Calero (93'). Expulsó
con roja directa a Kevin Medina (33’)
Incidencias: Partido de
la decimoquinta jornada jornada de liga jugado en La Romareda ante 17.000
espectadores. El césped presentó una buena imagen en una noche agradable en la
capital aragonesa.
Real Zaragoza 0-0 Malaga
60.6 % Posesión 39.4 %
8 remates dentro 2
1 disparos bloqueados 2
11 remates fuera 4
8 disparos recibidos 20
4 tarjetas amarillas 4
0 tarjetas rojas 1
12 faltas recibidas 15
15 faltas cometidas 13
117 perdidas de posesión 118
44 recuperaciones de posesión 38
5 fueras de juego 0
xxxxxx
Mal partido del equipo de
Víctor Fernández, sin argumentos tácticos e incapaz de abrirle las costuras a
un Málaga que jugó con un hombre menos durante una hora por la roja de Kevin
Medina.
Jugar contra diez es más
sencillo si se sabe cómo hacerlo. El Zaragoza no supo. No tuvo una brújula, un
mapa, ni una estrella polar. No supo navegar en ventaja porque también le faltó
capitán en el barco. No tuvo los argumentos tácticos ni la estrategia
adecuada para encontrarle la cerradura a un Málaga que hizo honor a su fama de
equipo rocoso, competitivo, sólido en defensa y con tendencia al
empate. Ese fue el resultado, un 0-0 que saca al Zaragoza muy feo en la
fotografía.
El equipo de Víctor Fernández fue un quiero y no puedo
durante la hora larga que jugó contra uno más por una roja muy puntillosa a
Kevin Medina. Aunque el Zaragoza, en la segunda mitad, tomó las riendas del
partido y agitó el área rival, fue más ruido que otra cosa, ni tuvo ideas
para mucho más que bombear balones ni acierto para rematar las más claras
que tuvo.
El Zaragoza no hizo acto de
presencia en la noche hasta pasada la media hora, hasta que el rival, un
Málaga valiente y gobernante, se quedó con un futbolista menos por la
rigurosa roja directa a Kevin Medina. El extremo malagueño entró en disputa de
un balón raso al choque con Marc Aguado, un encontronazo fuerte entre ambos
jugadores del que salió el mediocentro con un golpe y Kevin con una roja. Lax
Franco, no obstante, revisó en el VAR la jugada y mantuvo la expulsión.
Un día más, el Zaragoza iba a
jugar un buen trecho de encuentro frente a diez. Hasta entonces, el equipo de
Víctor Fernández anduvo a otras cosas, incapaz de teclear su juego, de imponer
su guión. Era un Zaragoza desnaturalizado, monolítico, contemplativo y muy
previsible, empachado de balón al pie en las figuras de Aketxe y Adu Ares, casi
siempre jugando con la portería rival de culo, porque Víctor Fernández, decidió
sentar a Adrián Liso.
Dijo el técnico en la previa
que el Málaga era el equipo más ancho del campeonato, con bandas muy activas y
profundas, y abundante juego exterior. Sabía de las fortalezas del rival,
pero emprendió medidas incoherentes con ello, algo preocupante, pues se
dejó las piernas más especializadas en correr la banda, las de Adrián Liso, que
no solo corren hacia arriba, sino también, y mucho, hacia abajo, en
defensa.
Más allá de la ausencia del
extremo y de la presencia ahí de Adu Ares, el Zaragoza tuvo la novedad de
Pau Sans, y los regresos de Tasende y Vital, formando con un 4-4-2 en el que
Sans enganchaba líneas, manteniéndose Aketxe en la derecha. El conjunto
aragonés no engranó, ni pudo meterle vértigo como le gusta a su fútbol ni
tampoco controlarlo ni amasarlo. Ni ideas ni recursos tácticos.
El Málaga, hasta la roja,
desde un 4-4-2 comenzó a salpicarle las bandas de gasolina al Zaragoza, para
luego encenderle las cerillas de un indetectable Larrubia, suelto hacia
adentro, y Kevin Medina, enriquecidos por los laterales posicionados muy altos
como Gabilondo y Víctor.
El Zaragoza comenzó a arder
por los dos costados. Por un lado y otro, abrasaba el Málaga a Adu Ares y
Tasende y a Aketxe y Calero. El nivel defensivo del equipo aragonés fue
muy pobre. Y así comenzaron a surgir problemas, más allá de las escaramuzas
iniciales del Zaragoza con un tiro desviado de Tasende y un remate de Aketxe
tras la primera cabalgada de Azón. El Málaga dijo "aquí estamos
nosotros": Vital salvó un gol cuando Baturina ya se relamía para
empujarla, a Larrubia se le fue una alta y mal, a las obras del fondo sur…
El Zaragoza no encontraba el
punto, no le daba cuajo a su fútbol, ni atacando en posicional ni tampoco en
transición, donde faltaba algún eslabón que acelerara la cadena de ataque,
quizá Bazdar… Francho recorría todo el campo sofocando incendios de otros… En
esas, Larrubia bailó a Tasende como lo haría un encantador de perros y enfiló
la portería mientras Lluis López le salía a tapar el tiro con un escudo de
papel: su disparo era gol, pero ahí apareció la manopla gigante de Poussin para
tocarla y espantarla al palo.
El Málaga no solo neutralizaba
al Zaragoza con un impecable ejercicio de orden y geometría, con un
perfecto ritmo en las basculaciones y replegando con velocidad y
organización. También le atacaba con claridad, sin acero en los puños,
pero moviéndose con astucia, finura, ritmo, intención y planificación por el
campo gracias al tiempo y el espacio que tenían sus pivotes, Luismi y Manu
Molina, muy cómodos. Los andaluces desarmaban la cintura del sistema de Víctor
con constantes cambios de orientación.
Aunque el Zaragoza
apareció en un buen balón de Francho a Aketxe que negó Alfonso Herrero, el
Málaga no dobló las piernas. Manu Molina exigió otra buena parada a Poussin y
Baturina cerró la primera parte, ya con su equipo en inferioridad, con un tiro
a la media vuelta al lateral de la red.
Del descanso el Zaragoza salió
ya sin Adu Ares, desconectado de todo, como si hubiera llegado de otro planeta.
Dicen que los de Bilbao nacen donde quieren, y el atacante se presentó en el
partido desde la Luna. Le relevó, con razonable destiempo, Liso, volviendo así
Víctor Fernández a resetear sus planes. Le acompañó Toni Moya, relevo de un
dolorido Marc Aguado. En el Málaga, tocaba replantear las
estrategias y Sergio Pellicer sacó a Castel y Dani Sánchez por Baturina y
Víctor. Cromo por cromo en la delantera y el lateral izquierdo.
Con uno más, el partido viró a
su escenario más lógico. El Zaragoza comenzó a condensar la posesión y a alzar
sus líneas en el campo. Azón, con dos remates de cabeza, comenzó a ponerle
picante al ataque. El segundo, servido por Toni Moya, se fue por muy poco,
acariciándose con el poste derecho. Víctor reubicó a Aketxe por el carril
central. El vasco está lento de piernas e ideas, y apenas pudo engrasar los
hilos ofensivos. El Zaragoza, como otras veces contra diez, no encontraba la
llave. El Málaga le cerraba bien todas las ventanas, incluso amagaba con
golpear, momentos en los que La
Romareda silbó al equipo porque esta historia la ha visto muchas
veces.
Saltó Luna al campo para
doblar lateral, por Pau Sans. Un cambio un tanto extraño. Luego salió Marí, por
Francho. El Zaragoza acabaría así con Aketxe jugando de
mediocentro. Un balón caído al área -el equipo aragonés solo encontraba
fórmulas de asedio lanzando arriba- lo remachó Luna, pero Alfonso Herrero
levantó una tapia. Toni Moya lo intentaría de lejos después, mientras el Málaga
cerraba filas, defendía con orden, líneas juntas, solidez, compromiso y
esfuerzo. Ni se notaba que tenían uno menos, ante la falta de respuestas
tácticas del Zaragoza. Todo era jugar al bulto, a la acción individual, con más
corazón que cabeza.
De ese modo, casi al final,
Marí rozó el gol, como también Iván Azón. Esa fue la única vía explorada por el
Zaragoza para ganarle a un rival en inferioridad. Ante el orden, ni dio la luz
ni encontró el interruptor. El Málaga se dedicó así a jugar su partido en los
minutos finales y Víctor Fernández a cerrarlo sin más cambios que Bermejo por
Calero en el minuto 95. Víctor tiene una manera muy peculiar de señalar
algunas cosas.
El Real Zaragoza no puede con
un Málaga con diez
Noche inoperante y muy
decepcionante del equipo aragonés frente a un rival de una pieza que jugó en
inferioridad desde el minuto 35 por expulsión de Kevin.
Notable ejercicio de
resistencia del Málaga en La Romareda frente a un Real Zaragoza inoperante en
grado sumo, que naufragó por completo en la primera parte y no supo sacar
partido a su superioridad en la segunda. El equipo de Víctor Fernández perdió
una gran ocasión para recuperar la segunda plaza, mientras el de Pellicer
prosigue con su racha de empates a domicilio y suma una quinta jornada
consecutiva sin encajar un gol.
Tasende, Vital, Pau Sans y Adu
Ares fueron las cuatro novedades en la alineación de Víctor Fernández, en
detrimento de Luna, Jair, Liso y el internacional bosnio Bazdar, concentrado
con su selección, mientras Pellicer presentó un once con sólo dos cambios:
Víctor García y Baturina por Dani Sánchez y Dioni.
El Zaragoza salió a la
carrera, dispuesto a imponer su iniciativa, pero se encontró un Málaga que le
puso pausa al juego, que trató de defenderse siempre con el balón, mediante
posesiones muy largas, y que no dejó de crecer hasta adueñarse del partido. Suyas
fueron las dos mejores ocasiones de la primera media hora, dos oportunidades
que salvó Poussin con dos manos providenciales, a disparos de Larrubia, con la
colaboración final del poste, y de Manu Molina.
Pero el fútbol todo puede
cambiar en un segundo, en una acción inesperada, y el Málaga se quedó con diez
en el minuto 35, cuando iniciaba un contragolpe, por una entrada destemplada de
Kevin sobre Marc Aguado en una pelota dividida que el árbitro juzgó como
tarjeta roja, antes y después de su revisión en el VAR.
Ni con uno más se sintió
cómodo el Zaragoza, en un primer tiempo más que deficiente, porque Aketxe y
Marc Aguado apenas participaron en el juego y porque Ares ni llegó a entrar en
el partido. Lo suyo parece un caso perdido, porque no se le observa ninguna
mejoría y no se sacude el despiste ni a la de tres. Además, Manu Molina y
Luismi jugaron muy sueltos y entre Nelson y Einar secaron a Azón. Únicamente
Francho puso en algún problema al Málaga con sus conducciones marca de la casa.
Víctor Fernández recurrió a
Toni Moya y a Liso tras el descanso para intentar revitalizar a su equipo,
mientras Pellicer relevó Baturina y Víctor García por Castel y Dani Sánchez
para recomponer al suyo. Aunque el Málaga no perdió nunca la compostura ni el
equilibrio, los cambios en superioridad mejoraron algo al Zaragoza, que, al
menos, empezó a amenazar la portería del Málaga, especialmente con un cabezazo
picado de Iván Azón o dos disparos de Liso y Toni Moya, antes de que Alfonso
Herrero salvara un remate a bocajarro de Luna, recambio de Pau Sans en los
últimos veinte minutos.
Con más corazón que cabeza, el Zaragoza, que cae a la sexta plaza, lo intentó hasta el final sin ningún éxito frente a un rival que no se descompuso nunca y que se lleva a casa un punto con todo merecimiento.
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