LIGA 2ªDiv. 2024/25 JORNADA Nº42 (30.5.2025)
PARTIDO OFICIAL Nº 3697
CASTELLON 4-1 REAL ZARAGOZA
1-0, min. 2: Raúl Sánchez
2-0, min. 15: Raúl Sánchez
3-0. min. 32: Moyita
4-0, min. 45 (+5): Álex Calatrava
4-1, min. 64: Dani Gómez, de penalti.
Ficha técnica
Castellón: Amir (Gonzalo Cretazz, 84’); Lottin, Óscar Gil, Alberto (Salva Ruiz, 54’), Vertrouwd; Moyita (Calavera, 54’), Van den Belt, Calatrava (De Miguel, 54’); Mabil, Camara (Cipenga, 76’), Rubén Sánchez.
Real Zaragoza: Femenías; Calero (Luna, 70’), Vital, Jair Amador, Clemente (Liso, 60’); Moya, Guti (Pau Sans, 60’) (Hugo Pinilla, 74’), Francho; Aketxe, Adu Ares; y Bazdar (Dani Gómez, 60’).
Goles: 1-0, min. 2: Raúl Sánchez. 2-0, min. 15: Raúl Sánchez. 3-0. min. 32: Moyita. 4-0, min. 45 (+5): Álex Calatrava. 4-1, min. 64: Dani Gómez, de penalti.
Árbitro: Cid Camacho (Comité de Castilla y León. Mostró amarillas a Moyita (20’), Van den Belt (29’), Clemente (45’ +3’), Camara (47’).
Incidencias: Partido de la jornada 42 de liga jugado en el estadio Skyfi Castalia con 10.0000 espectadores, unos 200 de ellos aficionados del Real Zaragoza.
Castellon 4-1 Real Zaragoza
46.3 % Posesión 53.7 %
11 remates dentro 5
7 disparos bloqueados 4
5 remates fuera 3
12 disparos recibidos 23
3 tarjetas amarillas 1
0 tarjetas rojas 0
5 faltas recibidas 17
17 faltas cometidas 5
133 perdidas de posesión 137
58 recuperaciones de posesión 51
4 fueras de juego 2
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Un bochorno hasta el final: el Zaragoza cae goleado en Castellón (4-1)
El Real Zaragoza despide su mediocre temporada con una deshonrosa derrota contra un rival que le pasó por encima y que lo deja en la posición 18ª de la tabla, la peor en décadas.
Por fin se acabó. Por fin se terminó este suplicio, esta agonía, este mal trago que ha debido beberse el zaragocismo durante una temporada deplorable, en la que con una ruina de fútbol ha salvado los muebles por los pelos, con una permanencia pírrica, de mínimos, ganando los partidos que debía ganar y cerrando el año como el equipo que marca la salvación, es decir, el primero que no desciende: su peor clasificación en décadas.
Finalizó así uno de los peores cursos de la historia del Real Zaragoza en Castellón, escenario para el que el equipo aragonés se reservó su último bochorno de la temporada. Parecía imposible, pero lo hizo. La goleada encajada en un partido de oficina, con todos los trámites competitivos cumplimentados y firmados, contra un Castellón que pareció la transfiguración del Ajax de Cruyff, estuvo a la altura de su pésima campaña. Quien pensara que, con la permanencia atada, al espantarse miedos y tensiones, el Zaragoza se liberaría estaba equivocado. En parte, porque su entrenador demostró un desconocimiento absoluto del rival que tenía enfrente. No es la primera vez que le sucede a un Gabi que ha marcado más la diferencia en la sala de prensa que en la pizarra. Veremos si la próxima temporada, partiendo de cero, con la mentes limpias y un proyecto a medida, sube la graduación de su método hasta allí donde se lo concede la propiedad del club a la que tiene metida en el bolsillo. En Castellón, la guinda del pastel no pudo ser más agria, contra un adversario que si no le hizo más goles es porque no los necesitaba: fue una piraña en el bidé aragonés.
Gabi sacudió el equipo con una rotación que puso en el once a Femenías, Calero, Clemente, Moya, Aketxe y Bazdar. Todos ellos, especialmente los laterales, justificaron por qué en las últimas semanas habían perdido pie en el equipo. Organizados en ese 4-2-3-1 en el que ha derivado el sistema de Gabi con el paso de las jornadas y las desesperaciones, el Zaragoza salió a jugar sobre la toalla y bajo la sombrilla, con un plan que forzaba a Guti en una posición antinatural para él como enlace con Bazdar y con Aketxe jugando al ralentí y al pie, cuando el Castellón, en su sector, abría claras opciones de desmarque.
La salida al partido del Zaragoza fue una calamidad, barrido de arriba abajo por un explosivo Castellón, quien tiene un punto de inconsciencia y locura en su fútbol que nos recuerda que este deporte se jugó alguna vez para divertirse y para divertir. Desde un flexible 3-4-3 con un rombo en el centro del campo, un sistema mudable a 4-2-3-1 en fase defensiva, los locales pasaron como una ola gigante sobre un Zaragoza descuidado, abandonado, pusilánime y vergonzoso, por qué no decirlo.
Para no variar costumbres, el primer disparo del rival fue dentro, con Femenías acribillado por Raúl Sánchez, asistido por Calatrava después de que Mabil le empezara a arruinar la noche a Clemente. El lateral izquierdo fue una pena. Por ahí, el Castellón encontró la vía de acceso al área mientras en la otra banda encontraba la vía de acceso al gol. Raúl Sánchez repitió con un precioso empalme que raseó sobre el césped y castigó la red.
El Zaragoza era un juguete al que el Castellón manoseaba, apretaba, tiraba por el aire, lanzaba por el suelo… Un parque de atracciones se montaron los locales, con un fútbol escrito con taconazos, triangulaciones, pases al primer toque o sin mirar, pisaditas, regates en corto y en carrera… Toda la dimensión estética y lúdica del fútbol la plasmó en su juego el Castellón, mientras el Zaragoza naufragaba por sus barcos habituales: Calero, Vital, Clemente, Aketxe… No hace falta ser muy agudo para identificar los focos de reconstrucción de cara al futuro…
La ocasión más clara del Zaragoza fue un mano a mano de Calero que resolvió mal con la izquierda frente Amir, en la única vez en la que los de Gabi explotaron las zonas de exposición del rival, un Castellón que en su juego desmelenado, atrevido, volcánico y alegre tiene también la penitencia, con las posiciones muy separadas en la pérdida y las líneas muy abiertas. Por eso, este equipo ha terminado el año también pidiendo la hora, porque rivales que son colectivos de verdad, bien dirigidos y planeados, le han estirado de esas costuras y le han hecho goles. No es el caso de este Zaragoza, quien vio como Sergio Moya ‘Moyita’, en una de esas acciones de sobrecarga del área con un pelotón de rematadores, metía el tercero. Demasiado bicho para el deshilachado y rasgado capote de esta defensa tan vulnerable con la que es un verdadero milagro que el Zaragoza haya sobrevivido. Al filo del descanso, el duende Calatrava, en una combinación de videojuego con Mabil, con espuelas y controles orientados de por medio, anotó el cuarto.
El Castellón bajó sus revoluciones en la segunda mitad, pero no se separó de su estilo vivaz, vertical, frenético, ofensivo, asociativo y dinámico. Su fútbol es feliz y valiente. Pero también intenso, con una defensa agresiva, alta en el campo, con una presión caliente y precisa que ahogó al Zaragoza.
Los aragoneses intentaron reaccionar, con Pau Sans, Liso y Dani Gómez, pero su fútbol no contenía energía. Fue como si Arriaga fuera su tapón de la bañera: fue quitarlo, no estar, y el Zaragoza vaciarse, perder no solo el alma, sino su jugador contextual, su clave de bóveda.
El Zaragoza, que en cierto modo ha sido puntual con el gol todo el año, marcó para decir que estaba en el partido. Fue Dani Gómez, de penalti, con un lanzamiento bien templado. Pudo parecer que, dados los comportamientos oscilantes del Castellón, el cuadro de Gabi podría remar hacia el empate, pero no hubo señales de ello. Mabil tuvo un par para ampliar rentas (uno fue anulado por fuera de juego). Lo peor fue la lesión de Pau Sans, con el codo dañado en una caída muy fea. Una pena. Le relevó Hugo Pinilla, juvenil, debutando así con el primer equipo la mejor piedra por pulir que tiene ahora la cantera. Una anécdota feliz en el espanto que había de fondo, pues el Castellón las tuvo de todos los colores para coserle un ocho al Zaragoza: Cipenga, Mabil... Sin embargo, los locales no transformaron el quinto. Pudo marcar Dani Gómez el segundo, pero Crettaz se estiró como un chicle.
Y así finalizó la tortura de novela que ha escrito el Zaragoza este curso. Una obra deplorable que hay que cerrar con llave en un cofre para no acordarse de ella ni abrirlo para otra cosa que no sea aprender de los errores y revivir, ya desde posiciones más honrosas y amables -si algún día llegan-, lo bajo que un año cayó el Zaragoza
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