LIGA 2ªDiv. 2025/26 JORNADA Nº1 (17.8.2025)
PARTIDO OFICIAL Nº 3699
REAL SOCIEDAD B 1-0 REAL ZARAGOZA
Gol: 1-0, min. 34: Ochieng
Ficha Técnica
Real Sociedad B: Fraga; Dadíe, Peru Rodríguez (Kita, 69), Beitia, Agote; Carbonell, Mikel Rodríguel (Lebarbier, 62), Gorosabel (Astiazaran, 83); Ochieng (Eceizabarrena, 83), Mairezkurrena (Carrera, 62); y Orobengoa.
Real Zaragoza: Adrián Rodríguez; Juan Sebastián, Pomares, Radovanovic (Calero, 56), Tasende; Francho, Raúl Guti; Aketxe (P. Sans, 71), Paulino (Bazdar, 88); Moyano y Dani Gómez (Soberón, 56).
Árbitro: González Díaz (Comité Asturiano). Amonestó a Moyano (45), Mikel Rodríguez (47), Mariezkurrena (59), Gorosabel (79) y Carbonell (90).
Gol: 1-0, min. 34: Ochieng.
Incidencias: Tarde calurosa, con 28 grados al inicio del partido (las 17.00), nublado y con mucha humedad. Se jugó en el estadio de Anoeta al no haberse concluido las obras en el campo de Zubieta, Ciudad Deportiva de los blanquiazules. En las gradas hubo alrededor de 6.300 espectadores, más de 700 seguidores aragoneses. El Real Zaragoza vistió de negro, con detalles amarillos. Hubo pausas de hidratación.
Real Sociedad B 1-0 Real Zaragoza
40.2 % Posesión 59.8 %
2 remates dentro 5
0 disparos bloqueados 5
1 remates fuera 8
18 disparos recibidos 3
4 tarjetas amarillas 2
0 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 23
24 faltas cometidas 12
122 perdidas de posesión 140
41 recuperaciones de posesión 44
0 fueras de juego 1
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El Real Zaragoza da muestras de impotencia ante un filial y cae 1-0 en su estreno en la liga
Un gol del keniano Ochieng al final del primer tiempo decidió un duelo dominado totalmente por los aragoneses, pero sin gol y con un amplio abanico de carencias. El curso empieza torcido con una plantilla muy deslavazada y unas sensaciones de mucha escasez ofensiva.
No está prohibido preocuparse. Es un sentimiento natural en la vida, en cualquier aspecto del día a día humano. El Real Zaragoza de los primeros pasos de la liga 25-26 preocupa después del primer patinazo consumado este domingo 17 de agosto en San Sebastián ante el filial de la Real Sociedad. Derrota que duele, que denuncia y que delata. Cuando el fútbol habla, hay que escucharlo. Máxima con más de un siglo de vida.
El primer tiempo empezó ilusionante y acabó con mezcla de decepción y enfado. Fue así porque durante los 20 minutos iniciales el dominio de los zaragocistas fue total, abrumador por momentos, con varias opciones para adelantarse en el tanteador. Y, con un trecho breve de igualdad de fuerzas, en el cuarto de hora final el filial de la Real Sociedad se creció, marcó un gol, amagó otro y puso en evidencia las carencias tácticas de un Zaragoza inmaduro, improvisado, incompleto y todavía sin gestar del todo. En un embarazo, el proyecto de Gabi está por el quinto mes. El bebé no tiene las facciones definidas. Le faltan apéndices, miembros y el remate del ser que debe acabar siendo. En realidad, este partido fue como el 6º de la pretemporada, la faena gorda fue que había 3 puntos en juego ya. Esto es la liga.
Gabi apostó por Pomares como central diestro, para cubrir el espacio vacío del eje de la zaga. Y dibujó un 4-3-2-1 que en la precampaña se vio poco, con Paulino y Moyano en los extremos, Dani Gómez de ariete y Aketxe moviéndose por el centro a su aire. En la medular, Francho y Guti, como es habitual cortaron más que crearon. Y de lo primero, poco hubo que hacer. Así que cundieron con escasez. Con estas señas de identidad arriba, el citado Aketxe remató dos faltas directas a 35 metros en el arranque, una alta en el minuto 3 y la otra rechazada por Fraga a dos manos en el 14. El mejor en ese tramo fue Paulino, vertical, valiente, al final incluso algo individualista. Le faltó el último pase, el remate (hizo uno flojo en el 9 que paró el portero), el combinar con alguien en condiciones.
Dani Gómez cabeceó un córner alto, a placer, en el minuto 15. Fue terrible la sensación de inoperancia por arriba del Real Zaragoza, que tiró 8 saques de esquina y volcó no menos de 5 faltas laterales, sin hacer cosquillas a la jovenzana defensa vasca. Del filial donostiarra, en ataque, no hubo noticias hasta el 16, cuando Gorosabel chutó raso desde fuera del área tras una mala salida del balón jugado, con el portero debutante Adrián Rodríguez algo nervioso, y este tuvo que responder con una buena parada abajo, a córner. Primer aviso local.
En el 23, ya con el Zaragoza de bajada, con Pomares dando señales de blandura, con Radovanovic demasiado flotante y Tasende con sus habituales problemas a la espalda, el keniano Ochieng se metió solo en el área y su centro envenenado cruzó el área pequeña y Orobengoa no llegó a empujar el gol por dos números de bota. Segundo aviso. El cuadro aragonés iba ya con menos fuelle hacia el área rival, con Moyano metido en guerras de faltas no pitadas, fingimientos y protestas, donde siempre se lleva las de perder. Dani Gómez, apagado, remató fatal a la media vuelta en el 29 tras un buen centro de Juan Sebastián, lateral derecho debutante con mejores maneras hacia arriba que atrás. Y el redimido equipo easonense, a la tercera, ya no falló.
El 1-0 que castigaba la poca eficacia en punta de los zaragocistas se consumó en el 34, en una galopada del africano Ochieng desde medio campo, que pilló a Tasende de extremo y retrató la mala cobertura de Radovanovic. Superó en vaselina a Adrián desde fuera del área y decantó el marcador hacia los blanquiazules. Duro golpe que debían encajar los zaragocistas con la mejor actitud posible. La Real se metió atrás en la recta final del primer periodo, para sujetar este magnífico botín. Moyano abanderó la frustrada reacción con un remate malo tras un córner, que le quedó franco en el área en el 38, y con un derechazo en la corona del área en el 41 que rechazó Fraga con el pecho. Incluso pidió un penalti por zancadilla del portero ya en el aumento, pero no fue. Con una amarilla que llevaba (a él se la sacó González Díaz a la primera, pero a sus marcadores los indultó uno tras otro), pudo ser letal si llega a considerarse piscinazo.
En el descanso no hubo sustituciones. Gabi decidió seguir un poco más con su apuesta primera. Y el Real Zaragoza empezó de nuevo con el timón en la mano. Pero torpe en la conclusión de sus combinaciones de tres cuartos en adelante. Espesura y falta de clarividencia predominaron toda la tarde, más allá de varios gestos individuales buenos de Paulino, Aketxe o Moyano. Tanto control, más ante un rival que se sabía menor como la Real B (entregó la pelota como pauta), debería haber tenido mayores réditos ante el marco contrario. En el 56, Gabi inició su serie de remodelaciones ante la visible falta de rigor de sus muchachos. Metió a Calero y Soberón y retiró al amonestado Radovanovic, que no tenía el tobillo para más de una hora. Juan Sebastián, lateral, acabó también de central, con su colega de situación Pomares. Cuatro laterales en línea cerraron atrás.
En el 59, en una incursión de Tasende, llegó la mejor ocasión del Zaragoza hasta entonces. El portero Fraga evitó el gol en el centro chut, Moyano no embocó el rechace pero el balón le fue a Aketxe, a bocajarro, con todo a favor. El remate del vasco se estrelló en el cuerpo del guardameta en su estirada felina bajo palos. No se pueden fallar goles así. Y menos cuando tanto hacen falta, con 1-0 abajo. De nuevo se inflamó la sensación de que el Real Zaragoza era una madre, que amagaba, se mostraba superior, pero no hacía daño en la zona de la verdad. Y eso, con el paso del reloj, genera nervios y ansiedad. En el 68, poco más adelante, Soberón le arrebató una falta a Aketxe, chuto de rosca desde el pico del área, al lateral de la red. No había manera.
Se entró en los últimos 20 minutos del choque, con Pau Sans supliendo a un agotado Aketxe, sin polvora en toda la tarde. El dominio creció en porcentaje de posesión a favor de los zaragocistas, pero con el mismo crecimiento en los errores no forzados cuando había que atinar cerca del área de los goles. Una pena. En vez de crear cada vez más ocasiones y más peligro, fue al revés. A Gabi, el equipo se le fue muriendo poco a poco en las manos. Ni revulsivos, ni reactivos, ni nada. Tras un largo espacio de tiempo sin ligar jugadas, en el 79 Moyano falló a quemarropa un centro de Paulino que Soberón no logró cabecear justo antes. Otro yerro imperdonable.
La Real acabó autoembotellándose en su área. Natural. Empezar ganando en el regreso al profesionalismo a un rival del renombre del Real Zaragoza era un premio de gran pedigrí. Y entonces, en los últimos 10 minutos, el equipo aragonés dio esa clásica muestra de que el partido podía durar hasta las 3 de la mañana, que no sería capaz de embocar un solo gol. Los cambios no sirvieron esta vez, no mejoraron lo anterior. Sorprendente, con mensaje, fue la entrada de Bazdar… en el minuto 88. Detalle que merece microscopio con el mercado abierto.
El corolario a este primer batacazo del curso fue una cadena de jugadas histéricas sin ton ni son de un Zaragoza alocado, sin hilván. La fotografía de situación del equipo de Gabi a estas alturas de verano ha salido velada. Negra. Entró luz por el foco. Mal asunto si no se repara el material. Ni siquiera se trató de un mal enfoque o de un dedazo del autor delante del objetivo. No. El equipo está velado. Quiso, lo intentó, pero no pudo ante un filial que viene de Primera RFEF.
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