LIGA 2ªDiv. 2025/26 JORNADA Nº2 (23.8.2025)
PARTIDO OFICIAL Nº 3700
REAL ZARAGOZA 1-3 FC ANDORRA
0-1, min. 9: Lautaro
0-2, min. 67: Villahermosa
0-3, min. 72: Gael Alonso
1-3, min. 77: Bazdar
Ficha Técnica
Real Zaragoza: Adrián Rodríguez; Juan Sebastián, Pomares, Radovanovic (Calero, 81), Tasende (Saidu, 64); Francho (Moya, 56), R. Guti; Pau Sans (Valery, 56), Moyano; Soberón (Bazdar, 64) y Dani Gómez.
FC Andorra: Arón Yaakobishvili; Carrique (Villahermosa 46), Bomba, Gael Alonso, Imanol García; Molina; Olabarrieta (Justin ,56), Theo Le Normand (Petxarromán, 46), Doménech (Uzkudun, 75), Min Su Kim (Manu Nieto, 68); y Lautaro.
Árbitro: Pérez Hernández (Comité Madrileño). Expulsó a Pomares con roja directa (60) por falta siendo el último hombre. Amonestó a Radovanovic (25), Min Su Kim (26) e Imanol García (27).
Goles: 0-1, min. 9: Lautaro. 0-2, min. 67: Villahermosa. 0-3, min. 72: Gael Alonso. 1-3, min. 77: Bazdar.
Real Zaragoza 1-3 Andorra
44.5 % Posesión 55.5 %
6 remates dentro 10
4 disparos bloqueados 2
3 remates fuera 5
17 disparos recibidos 13
1 tarjetas amarillas 2
1 tarjetas rojas 0
16 faltas recibidas 14
14 faltas cometidas 17
159 perdidas de posesión 134
51 recuperaciones de posesión 50
2 fueras de juego 0
xxxxxx
Debacle total del Real Zaragoza ante otro recién ascendido y derrota por 1-3 en casa con el Andorra
El rival pirenaico, pese a sus blanduras defensivas, pasó por encima del equipo aragonés, que jugó más de media hora con uno menos por expulsión de Pomares en el 60. El fútbol de los de Gabi volvió a mostrar incapacidad, impotencia y enormes carencias de todo tipo y condición.
Es raro avisar de que las alarmas suenan fuerte y con luces rojas en la jornada 2, aún en pleno agosto. Parece un exceso, una exageración sensitiva. Alguien puede pensar que es salirse del tiesto advertir de algo peligroso de modo tan prematuro. Pero, por la buena conciencia del observador, es preferible decirlo ahora, a tiempo, que lamentar no haberlo hecho. El Real Zaragoza de finales del verano de 2025 tiene síntomas de darse un bofetón de órdago a la grande a medio plazo si nadie lo remedia y atina con la medicina.
El primer cuarto de hora del duelo resultó decepcionante por parte zaragocista. Salieron de la caseta dormidos, despistados, todos los blanquillos. Ni una jugada de más de tres pases, siempre a remolque de un descarado Andorra que en ese tramo aprovechó para adelantarse en el marcador y dejar una impresión engañosa, sobre todo en su defensa, al final muy débil y vulnerable. Lo de los chicos de Gabi fue digno de una crítica dura por parte del técnico al descanso. Qué dejadez, qué falta de chispa.
En el primer disparo a puerta del partido, Lautaro hizo el 0-1 cuando se iba a cumplir el minuto 9. Falló en el despeje Juan Sebastián en el lateral del área ante Theo Le Normand, hubo blandura también de Pomares, y el centro del andorrano lo remató de primeras a bocajarro el uruguayo Lautaro. El dominio visitante, sin ser exagerado, era patente hacía ya un rato. Llegaban fácil ante el área zaragocista y sacaron rédito. Esa ventaja hizo que los del Principado, instintivamente, se retrasaran un paso más de lo que ya tenían diseñado de inicio, un 4-1-4-1 que se atragantó al 4-4-2 que esta vez diseñó Gabi, con Soberón y Sans como novedades en vez de Aketxe y del lesionado Paulino, fuera de convocatoria.
De esa actitud contemplativa de los de Ibai Gómez empezaron a llegar por goteo varias ocasiones de peligro claras de un Zaragoza torpe, con más voluntad que acierto todo el tiempo. Moyano hizo el primer chut en el 15, cruzado, fuera. Hasta ahí no había dado señales el equipo local en el área de Arón. Soberón, en el 18, probó abajo al portero pirenaico, sin veneno. Moyano, otro día más demasiado excitado, volteando demasiado por el suelo, enredado en líos, hizo un centro-chut en el 19, raso, que el guardameta echó a córner pegado al poste derecho. Se notó un despertar zaragocista en medio de un ambiente un tanto frío en las gradas.
El Andorra comenzó ahí a definirse: muy flojo en defensa, con buen contragolpe, con el coreano Min Su Kim rapidísimo, volviendo loco a Juan Sebastián en varias internadas. Era cuestión de que el Real Zaragoza atinara en ataque, que marcara un primer gol para abrir la lata. Que no le pasara como en San Sebastián el primer día. Molina lanzó una falta peligrosa sobre el portal de Adrián Rodríguez, de nuevo con pintas de algún nervio de más, alto por poco, en el minuto 25. La réplica de Dani Gómez en el 27, entrando en regates hasta el palo, acabó con un centro que no remató nadie a placer. Faltaba combinación. Lo ya visto en Anoeta. Carencias de mezclas. Tasende, en el 35, tiró una falta en la misma frontal del área, rasa, y Arón paró bien en el centro del marco
En ese predominio de juego zaragocista en ataque, sin saber aprovechar las pifias serias de los centrales y laterales del mantequilloso Andorra, surgió otro contragolpe de los norteños. Min Su Kim regateó a Juan Sebastián, quebró en carrera a Pomares, y lanzó un derechazo en el borde del área que Adrián rechazó a dos manos como pudo. Era el minuto 36 y esto volvió a activar una reacción zaragozana. Dani Gómez, en la siguiente jugada, lanzó alto por un palmo a la media vuelta en el punto de penalti. Moyano, en el 39 no llegó a un centro raso de Francho, a puerta vacía. Otro detalle de mala conexión entre parejas, entre colegas. Esto son carencias, deficiencias en un juego de equipo.
En el 43, ya con la sensación en las tribunas de que estábamos ante otra edición del partido de San Sebastián, Moyano disparó a placer en el área después de un rechace de la zaga andorrana y se topó con la cabeza de un defensor, que envió la pelota a córner. Los lamentos por la impotencia y falta de puntería eran ya generalizados, dentro y fuera del césped. Y antes del intermedio, Molina estuvo a punto de retratar al debutante en casa Adrián Rodríguez. Lanzó un chut potentísimo desde 25 metros que el portero zaragocista no atrapó por arriba y el balón dio en la escuadra antes de irse por arriba.
Esta retahíla de llegadas sin pegada, de amagos sin dar, de querer y no poder, clonó lo visto ante la Real Sociedad B seis días antes. El 0-1 del descanso también era igual. El Zaragoza era un grupo sin sintonía, muy a lo que salga. Y estaba cayendo ante un recién ascendido, un Andorra en el que solo destacó el coreano Min Su Kim. Lo demás, al nivel de alguien que viene de Primera RFEF. Preocupante por segunda vez consecutiva la imagen de los de Gabi.
El entrenador blanquillo no hizo cambios al inicio del segundo tiempo. Volvió a esperar un rato más, por si la lección del ínterin servía de algo. No fue así. El Real Zaragoza no genera fútbol. No tiene medio campo. Las alas, con la ausencia de Paulino, estuvieron previsibles y poco ágiles a la hora de la verdad. El segundo tiempo empezó de nuevo con los blanquillos fuera de onda. Min Su Kim rondó el gol de nuevo con una rosca con potencia en el minuto 47. Fue el aviso de la catástrofe de hechos que venían.
Porque Gabi metió a Moya y Valery a en el 56, en busca de los clásicos revulsivos. Y Moya, enseguida, en el 57, lanzó desde la corona un derechazo al poste derecho que pudo ser el 1-1. Y en el 60, un error del propio Moya, en una cesión hacia atrás suicida, dejó solo a Lautaron desde medio campo, en ventaja, por lo que Pomares decidió agarrarlo sabiendo que era roja directa. El Zaragoza se quedó con 10 hombres a falta de media hora larga. Una tragedia. En el 64, Tasende se lesionó y se tuvo que ir con gestos de mucho dolor y mala pinta. Recompuso la zaga Gabi con los debutantes Saidu y Valery, uno como central y el extremo en su versión de lateral. Y no les dio tiempo a tomar tierra. El Andorra hizo el 0-2 en el 67 por medio del recién aparecido Villahermosa, en la última gran jugada de Min Su Kim en el área y las grietas inconmensurables de la defensa zaragocista.
Fue una sucesión de varapalos continua. Una montaña rusa de vértigos con castigos severos que aún no había acabado ahí. El equipo se le reventó a Gabi como una rueda vieja. Saltó todo por los aires. Y en el 72, en pleno desconcierto general, el central Gael Alonso cabeceó el 0-3 tras un centro al segundo palo en el que había hasta dos andorranos solos. Patético. La gente se fue a casa en los graderíos. Avergonzada. Las llegadas del Andorra fueron un grifo incesante. Perdonaron dos, tres, cuatro goles cantados. Y, entremedias, Bazdar, que apenas había tocado el balón tras entrar por Soberón, robó un balón en la línea media en el 77, se fue solo hacia el portero, lo regateó y marcó a puerta vacía el 1-3 anecdótico, el primer tanto del curso del equipo, inútil a todas luces.
Radovanovic pidió el cambio, asfixiado en el 81 y tuvo que entrar Calero, que tiene los dos pies fuera del Zaragoza rumbo a la Leonesa. Fue un segundo tiempo de pesadilla, de aviso serio para navegantes. Lo visto, lo ocurrido, si se une además a los de San Sebastián, es digno de extender los temores más hondos entre el zaragocismo. Es un cúmulo de indicios los que rodean a este Real Zaragoza que anuncian curvas de herradura sin cesar desde este mismo inicio de liga. Parece que no haya habido verano y que todo sea una continuación del caótico año pasado.
Incapacidad, insuficiencia, impotencia. Las tres íes que resumen el estado actual de las cosas en el peor Zaragoza de inicio de liga de los 13 años en Segunda División. Que ya es decir. Santiguarse el poco para lo que se adivina. Que Indias, Gabi, López y los señores dueños de la SAD estén iluminados por las divinidades en los próximos 8 días de mercado es menester. La pinta de esto no es nada buena. Dicho sin ánimo de cargar las tintas. No hace falta esta vez. Es todo muy cristalino


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