sábado, 30 de agosto de 2025

LIGA 2ªDiv. 2025/26 JORNADA Nº3 (30.8.2025)

 

LIGA 2ªDiv. 2025/26 JORNADA Nº3 (30.8.2025)

PARTIDO OFICIAL Nº 3701

 CASTELLON 1-1 REAL ZARAGOZA

1-0, min. 59: Cipenga

1-1, min. 88: Dani Gómez

Ficha Técnica

CD Castellón: Amir Abedzadeh; Mellot, Alberto Jiménez, Sienra (Lucas, 90), Salva Ruiz (Markanich, 90); Barri, Calatrava (Gerenabarrena, 70), Suero (Pablo Santiago, 63); Mabil, Cipenga (Doué, 70); y Camara.

Real Zaragoza: Adrián Rodríguez; Francho, Saidu, Insua, Radovanovic, Juan Sebastián (P. Sans, 77); R. Guti (Valery, 68), Moya; Aketxe (Paulino, 60), Moyano (Dani Gómez, 68) y Bazdar (Soberón, 46).

Árbitro: Cid Camacho (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Insua (20), Bazdar (24), Calatrava (66), Cipenga (65) y Saidu (84).

Goles: 1-0, min. 59: Cipenga. 1-1, min. 88: Dani Gómez

Castellón 1-1 Real Zaragoza

57.6 % Posesión 42.4 %
5 remates dentro 2
5 disparos bloqueados 5
4 remates fuera 5
 disparos recibidos
2 tarjetas amarillas 3
0 tarjetas rojas 0
16 faltas recibidas 13
14 faltas cometidas 16
149 perdidas de posesión 128
54 recuperaciones de posesión 39
7 fueras de juego 2
xxxxxx

El Real Zaragoza se encuentra un punto al final tras haber podido salir goleado en Castellón

Dani Gómez, con el suspense del VAR en el minuto 88, logró el 1-1 para igualar el tanto inicial de Cipenga en el 59. En el primer tiempo, los locales indultaron a un defensivo equipo zaragocista, que apenas llegó al área.

Iba caminando el Real Zaragoza por Castalia, pensando todo el mundo en otra derrota, mínima por 1-0 en una noche en la que pudieron haber sido unos cuantos más, cuando llegó el 1-1 en el minuto 88 y se tapó con una pátina de purpurina lo que en realidad era una pieza de latón con moho verde. Bendito punto a última hora el logrado por los de Gabi, que inicia la suma de la temporada y evita un primer atisbo de crisis seria. No es mucho, pero sabe a gloria bendita.

El cuadro zaragocista, por designio táctico de Gabi, salió a Castalia con el mandato principal de guardar su portería a cero el mayor tiempo posible. Era imprescindible parar la habitual producción ofensiva de un Castellón ‘a la holandesa’, tal y como ya se vio (para bien de los aficionados en general) el año pasado. Defensa de cinco hombres, mitad por necesidad a causa de las bajas de los Tachi, Pomares y los que aún no están, mitad por el miedo que daba salir escaldado de un campo donde hace tres meses se encajó un 4-1 que pudo ser el doble perfectamente. Y, si se mira por este lado, el primer tiempo fue un éxito. Porque el cuadro aragonés logró llevar al intermedio el 0-0 inicial. Otra cosa son las formas. Y el juego en sí. Ahí está la miga.

Fue milagroso que el empate sin goles estuviera en el marcador luminoso del vetusto estadio de La Plana. Porque el Castellón erró hasta ocho ocasiones claras, nítidas, para anotar. Un chaparrón de ataques en el primer tramo de 20 minutos fueron los albinegros. Gabi había puesto a Saidu, Insua y Radovanovic de centrales, con Francho de carrilero diestro y Juan Sebastián cambiado de pie a la izquierda. Por delante, debían ajustar los medios centro Moya y Guti. De estos no hubo noticias en toda la noche. Atrás, Francho sufrió mucho y debió ser rescatado por Saidu varias veces. Los tres estiletes africanos de los locales, Cipenga, Camara y Mabil volvieron loca a la zaga. Apoyados por Suero y Calatrava, dos interiores que son delanteros las más de las veces. Al Zaragoza le evitó el descarrilamiento el poco tino ante la portería de los castellonenses. Porque hubo agujeros serios atrás que, esta vez, no penalizaron.

Camara en el minuto 3 no llegó bajo palos a empujar un centro raso de Cipenga en el área. En el 5, Alberto Jiménez cabeceó un córner en el segundo palo al larguero, con Adrián Rodríguez batido. En el 7 y en el 15 repitió ocasiones Calatrava, torpe en la definición en ambas. Camara reincidió en el 17, tras irse de Francho en velocidad, regatear en su salida escorada a Adrián, un tanto atolondrado ahí el joven portero, pero rematando cerrado sin efecto hacia el gol y sin hallar un amigo que empujara el balón bajo palos. En el 21, de nuevo el ariete local cabeceó picado un centro lateral, fuera por poco, cruzado. En las gradas no daban crédito a tanto desperdicio de opciones nítidas para marcar, superar y golear al Zaragoza que el Castellón estaba tirando a la basura.

El cuadro de Johan Plat, técnico neerlandés de vocación ofensiva pura, bajó un poco el pistón durante unos minutos. Y el Zaragoza respiró. Pero no logró dar cuatro pases seguidos nunca. Sus aportaciones arriba se limitaron a un par de centros de Francho (sin rematador), un par de córneres de Aketxe sin conexión con nadie y nada más. Bazdar y Moyano estuvieron aislados del mundo. Aketxe, participativo, ofreciéndose siempre, pero fallón. Los pivotes, Moya y Guti, ocultos entre los albinegros. Y los laterales no fueron casi carrileros porque atrás tenían tajo sin parar. Total, que el Real Zaragoza fue un equipo mustio, apagado, gris, plomizo.

En el 33 hubo un gol anulado por claro fuera de juego a Camara. Justo antes de los dos únicos indicios de que el equipo de Gabi sabía atacar. Aketxe intentó una vaselina desde 45 metros tras una salida anómala del iraní Amir, portero local, que se le marchó fuera por dos metros en el minuto 41. Bazdar pidió roja a Sienra, por un supuesto agarrón cuando podía irse solo, pero ni el árbitro ni el VAR lo vieron así. En el 44, para confirmar que podía haber vida en los tomates (de rojo vistió el equipo aragonés), Moyano buscó portería tras dos regates en carrera en la frontal del área, pero Amir reaccionó ágil junto al palo izquierdo y sacó el posible gol a dos manos. No obstante, el Castellón quiso dejar su poso antes del refrigerio y Mabil voleó en el tiempo de aumento un centro al segundo palo de Suero que, cuando iba a la red, sacó con fortuna Radovanovic con la cabeza en el área chica. Con todo esto, no cuesta mucho deducir que el 0-0 tuvo mucho de afortunado y engañoso. Esta vez, para bien del cuadro zaragozano.

Tras el descanso, Gabi dejó en la ducha al apagado Bazdar y metió a Soberón. Los locales siguieron igual. La primera impresión es que la orden era salir algo más de la cueva. Que había que dar miedo a los mediterráneos porque, seguir igual o parecido era sinónimo de caer abatidos tarde o temprano. 

El segundo tiempo empezó con la nutrida defensa zaragocista algo más adelantada, menos aculada. Así, se trató también de buscar las salidas de Francho y Sebastián por las bandas para sorprender al Castellón. Y casi se logró un par de veces. Pero el capitán no está fino con la pelota. Desperdició una contra mano a mano desde mitad del campo en el 52 por culpa de un pésimo control. La buena noticia en los primeros 10 minutos de la reanudación era que Adrián no sufría, no tenía que participar. Algo se había mejorado en un primer vistazo. Pero fue un espejismo. Una falsa realidad.

Porque tras dos avisos seguidos de Cipenga y Mabil, en el minuto 59 llegó el 1-0 por medio del primero de ellos. El africano empujó bajo palos un centro raso del lateral Mellot tras la enésima jugada plástica y vistosa del Castellón, con desmarque al hueco de hasta tres jugadores a la vez, abriendo líneas de pase, paredes cortas a la primera en espacios reducidos… bonito de ver. Lo que en toda la primera mitad no les salió nunca, esta vez lo bordaron prácticamente en la primera oportunidad. Al Real Zaragoza ya no le servía el plan. El mal menor del 0-0, esa renta mínima para los pobres de espíritu futbolístico, se había caído al suelo y estaba hecha añicos.

Gabi metió a Paulino pese a lucir un apartoso vendaje en la pierna izquierda, efecto de la sobrecarga que lo dejó K.O. la semana pasada. Y poco después a Dani Gómez y Valery en vez de los desaparecidos Moyano y Guti. Había media hora para arreglar otra vez más un marcador adverso. Una hora de trabajo casi exclusivamente defensivo se había cortado como la leche. Se agrió ahí como podía haber sucedido mucho antes. Estaba cantado. Para defender así hay que tener un equipo estructurado, que se conozca a oscuras, que jueguen de memoria. Y el Real Zaragoza de Gabi es de todo menos eso. Está en las antípodas.

El Castellón tuvo unos minutos de cierto relax, como disfrutando de haber obtenido por fin lo que buscó desde el minuto 1 sin éxito hasta el 59. Y en el 68, Saidu estuvo en un tris de lograr el 1-1. El joven ghanés del Real Zaragoza salió de zona, valiente, descarado. Se fue hacia el área rival y soltó un zambombazo que se estrelló en el larguero de Amir, sorprendido. No fue el empate por milímetros. Una pena. Por el equipo y por el chaval, el más vistoso de todos los defensores, rápido al corte, buen marcador, solidario en las coberturas. Y eso que él no es central...

Fue un fogonazo individual. Entretanto, Plat iba modificando su equipo con sangre fresca… Camara falló el 2-0 mano a mano ante Adrián en el 75, por recrearse y no chutar a placer. El gol que falló después el recién entrado Doué, a puerta semivacía en el 79 tras un jugador de otro incorporado, Gerenabarrena, fue increíble. Adrián llegó a tiempo de sacar el tanto a córner. Y de la salida de ese saque de esquina, el voleón de Salva Ruiz desde la corona no fue a la red porque pegó en Insua por azar.

Tanto despilfarro ofensivo castellonense podía tener castigo para ellos y premio para los zaragocistas. La ley del fútbol dice que el que perdona tanto lo paga. En el 85 marcó Dani Gómez un gol agónico, por su factura llena de errores en su control y conducción en un mano a mano, con resbalón incluido tras regatear al portero. Pero chutó al palo y entró. El linier levantó la bandera y se pitó fuera de juego. El VAR tardó una eternidad en decidir que era válido. Explosión de júbilo en el equipo y la afición desplazada. Se salvaba el 0 de 9 que ya se llevaba tragado. Y ante un Castellón nervioso, decepcionado, aún hubo alguna opción de ganar en tiempo de aumento. Hubiera sido de traca. El empate es ya un buen botín viendo la globalidad del partido. Con un rival con más veneno, la cosa pudo haber acabado en tragedia. El Castellón no lo tuvo esta vez.

 

No hay comentarios: